«Hay pirómanos profesionales que actúan por la noche», señala el alcalde de Allande
El socialista considera que no ayudó una octavilla buzoneado por la zona por el PP «en los mismos días del incendio», lamenta
R. M.
Domingo, 23 de abril 2017, 02:15
Los ganaderos le han reclamando una rectificación, al sentirse atacados como colectivo por sus palabras, y el alcalde de Allande, José Antonio Mesa accede a explicarse mejor. Lo hace cuando las llamas avanzan en su concejo, por Bustatigo e Iboyo, algo que, sospecha, seguirá sucediendo, en esos y otros enclaves. «No he dicho que los ganaderos tengan la culpa, digo que el origen de los fuegos está en el acuerdo que tomó la Junta General y cómo algunos grupos lo han vendido», precisa. Se refiere a la reforma de la Ley de Montes, aprobada por el parlamento y que ha suprimido los acotamientos, esto es, la prohibición que impedía que el ganado pastase durante varios años en los terrenos incendiados. «Alguna gente lo vendió de una manera que no era, con una confusión que prácticamente daba licencia para quemar libremente», reprocha el primer edil.
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El socialista considera que no ayudó una octavilla buzoneado por la zona por el PP «en los mismos días del incendio», lamenta. «Hay pirómanos profesionales, siempre los hubo, que aprovechan la noche, cuando no puede volar el helicóptero para volar, y dejan artefactos en el monte más o menos colocados, a varios metros, para que enciendan a una hora», asegura Mesa.
Es en ese colectivo donde se habría incrementado la sensación de «impunidad», algo que empeora por la deficiente organización de los profesionales que vigilan los montes. «Se está dejando todo el peso de la extinción en los bomberos, que se ven desbordados; no hay un sistema eficaz que coordine a la guardería, las fuerzas de seguridad del Estado, y así estamos, que alrededor de un incendio se declaran luego más, la gente sigue quemando sin ningún problema».
Está ardiendo el monte y, con él, parte de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC). «No se está hablando lo suficiente de esto, y vamos a tener problemas», anticipa. Se refiere a la norma, conocida esta semana, según la cual la superficie afectada por los fuegos no puede computarse para pedir las subvenciones. «Hay dos vuelos al año para comprobar la superficie afectada; por culpa de estos fuegos vamos a ver cómo se retrasan el pago de las ayudas para verificar si las fincas estuvieron afectadas y nos arriesgamos incluso a que se exigen devolución de fondos», explica.
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