«Abrir sin control en Semana Santa retrasaría más de un mes el verano»

«Debido a las nuevas restricciones de movimiento y a la incertidumbre de la situación, hemos tomado la decisión de cerrar nuestro establecimiento hasta el día 1 de junio». El Hotel Hernán Cortés de Gijón, el cuatro estrellas más emblemático de la ciudad, colindante con el Casino, ya sabía en noviembre que no habría procesión de turistas por Asturias en la Semana Santa de 2021. Como él, el resto de sus compañeros, las 2.459 empresas de alojamiento de la región, entre hotelería, oferta rural y campings.

Solo 63 del total permanecen abiertos ahora. Distribuidos en 18 concejos: Avilés, Belmonte de Miranda, Castrillón, El Franco, Gijón Gozón, Grado, Laviana, Llanes, Mieres, Navia, Noreña, Oviedo, Peñamellera Baja, Siero, Tineo, Valdés y Villayón.

Son los denominados alojamientos esenciales (hoteles, hostales, casas rurales o campings) que mantienen abiertas sus puertas para alojar a las únicas personas que pueden pernoctar en un Principado blindado contra el coronavirus. Es decir, personal sanitario, sociosanitario y de las Fuerzas de Seguridad del Estado, así como las personas que tengan autorización para viajar a la región por motivo justificado.

El resto «estamos cerrados. Es más, la mayoría de los alojamientos, aunque se permitiera viajar ahora, está resignada a que no habrá turismo hasta junio». Así lo aseguró Ana Llano, portavoz de la asociación turística Fuentes del Narcea. Una aseveración que comparte el presidente de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur). Adriano Berdasco confirmó que, «de momento, nadie tiene previsión de abrir ni ahora, claro, ni para la Semana Santa».

Porque el sector turístico asturiano está más de acuerdo con las palabras del presidente regional, Adrián Barbón, de que «para evitar una cuarta ola brutal hay que sacrificar la Semana Santa», que con las de la ministra de Industria, Turismo y Comercio.

Justo hace una semana, Reyes Maroto, durante una entrevista radiofónica, sorprendió a todos al asegurar que los viajes comenzarían en Semana Santa. «Aquí ya sabíamos que hasta el final del estado de alarma, el 9 de mayo, no sería posible», explicó el presidente de Operadores Turísticos y Agencias de Viaje (OTAVA). Íñigo Fernández defiende que «abrir sin control en Semana Santa podría significar un retraso de más de un mes en verano».

En su opinión, «si mejora la incidencia y se abren los municipios, podría haber pequeñas escapadas por la región de los propios asturianos». Unos que, por el momento, no han hecho reservas «porque no podemos abrir, pero sí hay mucho interés que cuándo lo haremos», explicó la portavoz de la Mesa de Turismo de Fade, Ana Soberón. Un aspecto ese, el de la demanda, en el que no coincide el gerente del mayor camping de la región, el municipal de Deva. Según Tony Amieva, «apenas si tenemos», aunque lo achaca a que «ya sabíamos que no habría posibilidad de abrir en Semana Santa».

Una situación que también conocía Otea, la patronal que aglutina a alojamientos y hostelería. Su presidente, José Luis Álvarez Almeida, lamenta «la incertidumbre permanente» e insiste en que «no llegan las ayudas».

Asegura el presidente de Otea que «seguimos a la espera de que el Principado conteste a nuestra propuesta de reparto», y señala que «Alemania rebaja el IVA al 7% y da ayudas directas. Aquí seguimos sin nada».