El Gobierno demora las vías de ancho europeo en Asturias y Galicia para priorizar las del País Vasco

Quedó claro el pasado mes de diciembre, cuando la Comisión Europea publicó un documento detallando que España había comunicado que cambiaba de intenciones respecto al tramo Lena-Gijón, que ya no preveía su adaptación a la alta velocidad antes de 2030. Hasta ahora esa modernización estaba incluida entre las que Bruselas reconocía como prioritarias para la presente década por dos motivos.

De un lado, la adaptación a la alta velocidad supone, sobre todo, migrar las vías al ancho internacional (también denominado estándar), el tipo de vía presente en la mayor parte del continente. Homogenizar la red permitiría que las empresas de otros países puedan mover sus trenes hasta aquí, incentivando la competencia y optimizando los costes. Otra cuestión que valoraran los técnicos de Bruselas es la conveniencia de que llevar ese ancho internacional hasta el puerto de Gijón, al que también tiene reconocido en su red prioritaria.

Esa era la planificación pactada con la Comisión Europea que España solicitó cambiar el pasado año. Ahora en la presente década la única mejora que contempla es una renovación integral de Lena a Oviedo, y una variante de Villabona. La primera actuación está en fase de supervisión de proyecto, con un retraso que le ha impedido acceder a un fondo de 6.667 millones contemplado en el Plan de Recuperación por pocos meses. La segunda sigue en redacción del estudio informativo; en 2019 se encargó con plazo de entrega de dos años que se viene ampliando sucesivamente sin que el borrador vea la luz.

Esta situación responde, queda dicho, a la programación que el ministerio tiene para el Corredor Atlántico. En una presentación de sus intenciones preparada por la empresa pública Adif en 2019, defendía que la implantación del ancho estándar «no es un requisito de la red básica», y que la migración a este tipo de vía como demanda la UE se asume como «objetivo a medio/largo plazo». Para ello el plan ministerial plantea ir «por etapas», iniciando la adaptación «desde la frontera francesa».

Empezar por la conexión del País Vasco tiene el sentido de facilitar con ellos la entrada de los trenes de ancho internacional que hay al otro lado de los Pirineos, pero la desventaja de que, justamente esa es la actuación más retrasada. Galicia logró este año unirse a la red de ancho internacional de Madrid a Orense, y Asturias aspira a hacer lo propio, hasta Pola de Lena, en mayo, con la variante de Pajares.

La migración de las redes interiores de ambas comunidades al ancho internacional queda así según el plan ministerial postergada a la espera de los avances en el País Vasco, donde se trabaja para tener la 'Y vasca' en el 2027. La Xunta es por ahora la única que protesta por esta cadencia y reclama instalar ancho internacional entre Orense y Santiago, algo que Adif niega sea una actuación urgente.