«Antonio Trevín era un socialista de pro, sabía escuchar y siempre luchó con entusiasmo»
Amigos y ciudadanos anónimos recuerdan a «un hombre llano, comprometido con la ciudadanía y que supo reconducir el PSOE»
Le quedan solo unos meses para cumplir 70 años y conocía a Antonio Trevín desde que estudiaban juntos en el instituto de La Calzada, en Gijón. Aún no había abierto la capilla ardiente del ex presidente del Principado y Francisco Fernández Ruenes esperaba a las puertas de la sede de Presidencia para darle su más sentido adiós. «Luego cada uno tomó su rumbo, pero siempre estábamos en contacto a través de su mujer. Nos hemos visto en Llanes, en La Calzada...» , recordaba su amigo de un político del que, a lo largo de toda la mañana, se ha destacado su talante dialogante y de búsqueda de puntos en común. «Escuchaba mucho».
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A unos pasos, Begoña, de Oviedo, hacía esfuerzos por aguantar el llanto. Llevándose la mano en el corazón, afirmaba: «Era un socialista de pro, muy preocupado por la ciudadanía, la industria y la minería» en tiempos difíciles, los noventa, en plena reconversión y asumiendo la Presidencia del Principado tras la dimisión de Juan Luis Rodriguez Vigil tras destaparse el 'Petromocho'. «Mi familia materna tiene lazos con Llanes y estábamos muy unidos a él».
No son pocas las agrupaciones socialistas que han homenajeado a Trevín con flores. En su capilla ardiente también se pueden ver ramos de instituciones como el Parlamento Europeo, del Regimiento Príncipe de Asturias, de UGT, Centro Asturiano de Valladolid, de la Fundación Faustino Sobrino, de Asturias Actual, de la Peña de la Amistad, de sus compañeros de Asturiana de Laminados o de sus amigos de Ortigueira.
Tambien, a la hora de apertura, quisieron rendirle homenaje Begoña Longoria y Faustino García Zapico, fundadores de la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) del centro penitenciario de Asturias. «Entre 2012 y 2019, hubo un gran conflicto y a punto se estuvo de cargarse el proyecto. Trevín fue un firme defensor. Presentó proposiciones no de ley en el Congreso para que se mantuviera. Estuvo al pie del cañón y el agradecimiento es enorme. Nos unió una gran amistad».
Luis Alonso, maestro como Trevín y vecino en Llanes, lo conocía desde hacía 50 años. «No era de su partido, pero leía y oía sus manifestaciones y estaba muy de acuerdo con él». La docencia y la política tambien unieron a Trevín y Manuel Valle, edil de Las Regueras durante dieciséis años en las décadas de los ochenta y noventa. «Era trabajador, leal y bueno en todos los sentidos», relataba, rememorando cómo Llanes «fue su pasión» y cumplió «su sueño» de ser alcalde del concejo. «Estaba muy comprometido con Llanes y sus gentes». Con un guiño a su gusto por «jugar a la baraja», quiso destacar «su lucha. Luchó con mucho entusiasmo. También en la enfermedad, pensando que podía salir adelante. Me da mucha pena», apuntaba Manuel Valle, que acudió con su mujer Ana María Méndez.
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Amparo, amiga del expresidente y de Maru (su primera mujer) ya desde tiempos universitarios en Magisterio, no podía evitar emocionarse, pero se quedó con la tranquilidad de que Antonio Trevín «consiguió lo que quiso»: la Alcaldía de Llanes y tener a su lado a «dos grandes mujeres: primero Maru y luego Luisa».
Alfredo, «socialista de corazón» porque entiende que «no se puede ser otra cosa», ha seguido desde los inicios la trayectoria política de Trevín: «Era honesto y un gran político». «Tomó el relevo en una época de cierta crisis institucional en el PSOE (en referencia al escándalo del 'Petromocho') y supo reconducir el barco con la rosa brillando».
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La llegada de amigos y conocidos ha sido incesante. «Aunque ocupase cargos muy importantes, siempre atendía a los amigos. Era un hombre de pueblo, llano y sencillo».
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