Asturias, a la cabeza en muertes por cáncer y problemas circulatorios

Cuando una región es la más envejecida del país, como le ocurre a Asturias, es normal que encabece también otras clasificaciones, como las de fallecimientos por causas más vinculadas a la vejez.

Así le pasa al Principado. Lidera ampliamente las clasificaciones de fallecimientos, en tasas brutas. por cánceres -en la suma de todas sus variedades- y con menos ventaja, también en dolencias del sistema circulatorio. Durante 2021, fallecieron en Asturias 365,5 personas por cada 100.000 habitantes por enfermedades del sistema circulatorio, muy por encima de la media nacional (251,8) y superando también a las regiones que le siguen como más envejecidas, que son Castilla y León (330,6), Galicia (356,1) y Extremadura (335,5). Por debajo de la media nacional, por supuesto, las regiones con más actividad y más sanas demográficamente, encabezadas por Madrid (172,4), Baleares (197,2), Navarra (209,3), Canarias (212,9) y Cataluña (223,4).

En lo tocante a enfermedades vinculadas al sistema circulatorio hay que señalar el grave incremento de muertes debidas a la hipertensión. Si en 2002 se produjeron 183 en Asturias, en 2021 fueron un 151% más, un total de 459 personas perdieron la vida por causas directamente atribuíbles a la alta tensión sanguínea, lo que incide en una de las advertencias más habituales de los facultativos, en el sentido de que el sedentarismo y el estrés están generando un incremento de este tipo de dolencias.

En lo referente a los tumores las estadísticas muestran un panorama aún más preocupante. Frente a una media nacional de 240,1 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, en Asturias esa tasa se dispara hasta los 351,4, lejos del segundo, que también es Galicia (314,6) y del tercero, donde Castilla y León (312,7) confirma que cuanto más envejecida está la población más pesan estas dos familias de dolencias como causa de fallecimiento.

Con todo, se aprecia una evolución positiva en el tratamiento global de la que es, tanto en Asturias como en general en todo el país y en lo que se puede considerar el primer mundo, la causa más habitual de fallecimiento: las enfermedades isquémicas del corazón, esto es, las dolencias que implican un peor aporte de sangre al corazón por condiciones que implican el estrechamiento o bloqueo de los vasos sanguíneos, bien por daño al corazón o a los vasos sanguíneos por arteriosclerosis. Así, mientras las enfermedades isquémicas se llevaban casi 1.600 vidas al año en la Asturias de los primeros años de este siglo, hoy se sitúan por debajo de los 1.000 decesos.

Más aún, una enfermedad cuya incidencia está asociada al aumento de la esperanza de vida, la demencia senil, se colocó en 2021 al frente de las causas de fallecimiento entre las mujeres asturianas, que de hecho se cuentan entre las más longevas del país. Fueron 566 casos, por 447 de la covid y 440 de las enfermedades cerebrovasculares (fundamentalmente ictus, también vinculado a la edad), quedando las enfermedades isquémicas del corazón en cuarto lugar en el caso de las féminas asturianas.

Entre los hombres, en cambio, estas últimas siguen como la causa más habitual de deceso, con 554 casos, seguida por el cáncer de bronquios y de pulmón, con 520, la covid, con 491, las enfermedades cerebrovasculares, con 337, y la demencia senil, con 261.

Bien es verdad que desde marzo de 2020 un agente inesperado ha venido a desvirtuar las estadísticas. La irrupción de la pandemia de covid ha desbaratado previsiones y cálculos, en particular durante el primer año de la pandemia, en el que la concreción de las causas de fallecimiento se vio muy alterada por la saturación de casos y la falta de experiencia con ellos.

Lo primero que hay que anotar es que si en Asturias se atribuyeron directamente a la covid 1.509 fallecimientos en todo 2020 y 938 en todo 2021, solo en la primera mitad de 2022 se rozaron ya las cifras globales del año pasado, con 876 fallecimientos por covid entre enero y junio en Asturias. La progresión de los últimos meses del año tampoco apunta a que las cifras vayan a estar demasiado lejos del global del primer año de la pandemia, con 13 fallecidos en la última semana de la que se ofrecieron datos oficiales.

Y mientras en Asturias la covid se mantiene en niveles altos de morbilidad, la comparación con el resto del país arroja también datos llamativos. Así, en los mismos meses (enero a junio) de 2021 la covid se llevó 29.300 vidas en todo el país y en 2022 se redujo aproximadamente un 33%, al pasar a 20.915.

La nota positiva viene de la mano del notable descenso de los fallecimientos debidos a enfermedades crónicas de las vías resporatorias inferiores. En 2021 han sido menos de la mitad que en 2002, si bien hay que apuntar que en el descenso de este tipo de dolencias, como la silicosis o o la bronquitis aguda, también tiene su impacto la reducción del trabajo en la minería del carbón casi a cero y la mejora de las costumbres sociales de consumo de tabaco.