Asturias encara Reyes con la tasa de positividad más alta desde noviembre

Con las uvas casi en la garganta y apenas superada la resaca de la Nochevieja menos festiva que se recuerda, los efectos de las reuniones navideñas de 2020 ya comienzan a notarse y a provocar que el arranque del 2021 se asemeje más a un mal 'déjà vu' que a un nuevo comienzo. Como consecuencia, y pese a las restricciones de movilidad, las mesas de cuatro en la hostelería y de seis en los domicilios, Asturias encara la semana de Reyes con la tasa de positividad más alta desde finales de noviembre.

Este dato, que refleja el porcentaje de personas que dan positivo en la infección de entre todas a las que se les hace una prueba diagnóstico -incluyendo tanto casos nuevos detectados como personas que vuelven a dar positivo- y que según la OMS debería mantenerse por debajo del 5% para considerar que la pandemia está bajo control, se situó en Año Nuevo en el 7,3%. Es decir, el 7,3% de las 1.329 personas a las que se les realizó una PCR dio positivo. Un día antes, en Nochevieja, se realizaron 2.063 pruebas y la tasa de positividad se situó en el 5,43%. En total, se detectaron 190 nuevos casos: 111 en Nochevieja y 79 en Año Nuevo.

Hay que remontarse a noviembre, concretamente al martes 24, para encontrar un momento en que la región estuviera en una situación parecida en lo que a este indicador de positividad se refiere. Por aquel entonces se realizaron los cribados dirigidos en Oviedo, Gijón y Avilés. En el día en cuestión se efectuaron 6.878 pruebas, que arrojaron una tasa de positividad del 7,22%. Se detectaron 400 nuevos casos.

En este sentido, es clave el número de pruebas realizadas: a menos pruebas, mayor tasa de positividad e incidencia acumulada a siete días del virus, que actualmente se sitúa en 64,72 por cada 100.000 habitantes. Por el contrario, si se efectúan más, lo más probable es que bajen tanto la tasa de positividad como la incidencia. «Estoy seguro de que si -en los últimos días- se hubiesen hecho 6.000, la tasa de positividad habría sido del 3 o el 4%», aclara. Si la proporción de positivos y la positividad de los tests es tan alta es porque aunque se hagan hecho menos pruebas estas son «mucho más dirigidas y se hacen a personas sintomáticas o a contactos».

Más allá de la tasa de positividad diaria, que al tomar como referencia los datos de un día concreto puede incluir ciertas distorsiones, resulta representativo para entender el empeoramiento de la situación que la tasa de positividad semanal se encuentre en el 4,79%, sin haber cesado de subir desde el pasado 26 de diciembre.

Repuntan los contagios y en los hospitales se sigue librando la batalla. En Nochevieja se produjeron ocho ingresos en planta y se registraron 12 altas. No hubo ningún ingreso en la UCI. El 31 de diciembre fallecieron cinco personas: tres mujeres de 79, 82 y 83 años y dos hombres de 88 y 89 años. Al día siguiente hubo otros cinco decesos, dos mujeres de 88 y 93 años y tres hombres de 73, 88 y 91 años. Se produjeron diez ingresos en planta, uno en la UCI y se dieron diez altas. Actualmente, en el Principado hay 172 pacientes hospitalizados con confimación o sospecha de coronavirus y otros sesenta permanecen en las UCIs asturianas.

Según el análisis de López Acuña, a la luz de los datos actuales la tendencia positiva de la curva está atascada: ni continúa el descenso de contagios que desde noviembre y hasta que empezaron las fiestas estaba comenzando a notarse ni se ve ya la pendiente que antes se intuía. Aún al contrario, comienza a repuntar. «No tenemos un ascenso tan notable como otras comunidades, pero no logramos consolidar el descenso», lamenta. Algo «hasta cierto punto esperable a causa de la mayor interacción social navideña y postnavideña», y un fenómeno que «vamos a seguir observando y que se proyectará en mayor grado alrededor de Reyes».

Con la curva atascada y amenazando subidas y la ocupación de las UCIs al 19,63%, la situación no deja de ser alarmante. Se encuentra en nivel de alerta 3 de 4, lo que pone en tensión la situación asistencial pese a que la ocupación hospitalaria se mantiene en un 6,71% y un nivel de alerta 2. Si preocupa es, ante todo, porque como recuerda el experto los efectos derivados de las fiestas no han hecho sino comenzar a notarse y estamos a las puertas de la tercera ola. «Entrar en ella con alta incidencia y ocupaciones importantes en las UCIs implicaría un alto riesgo de saturación hospitalaria». Esto es precisamente lo que hay que evitar: «Lo ideal es descender a niveles más bajos de incidencia» para llegar más holgados a la ter cera ola.

Eso obliga, añade, a tener «una conciencia aún mayor, tanto individual como pública». En este sentido, propone «medidas restrictivas en los próximos días de aquí a Reyes» y recuerda que «debemos tener claro que durante los meses siguientes hay que mantener e incluso aumentar las medidas de precaución y protección». Llama a mantener la guardia en alto mientras se avanza en la vacunación, con el objetivo de doblegar la curva y reducir la incidencia acumulada a menos de 25 casos por 100.000 habitantes para que el sistema sanitario pueda hacer frente al embate de la cada vez más próxima siguiente ola. «No podemos relajarnos. Los países están percatándose de que o toman medidas drásticas o no podrán evitar una gran presión asistencial. Mientras más alta sea la incidencia y el aluvión de casos, habrá más sobrecarga en la Atención Primaria y se debilitará su función de vacunación de cara a los próximos meses».