Asturias espera un otoño cálido

El verano se despedirá con lluvias en Asturias. Las precipitaciones previstas para este fin de semana darán paso a un otoño que «puede ser cálido», según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El otoño astronómico no entrará hasta las 9.50 horas del lunes, 23 de septiembre, aunque para los meteorólogos, el cambio de estación ya se produjo el pasado 1 de septiembre. Así pues, se puede decir que ya estamos en pleno otoño meteorológico. Una estación que llega con espíritu de continuidad en lo que a temperatura se refiere, a tenor de los datos aportados ayer por la Aemet en Oviedo.

Según explicó el delegado de la Agencia Meteorológica en Asturias, Ángel Gómez, hay un «50% de probabilidades de que éste sea un otoño cálido». Aunque el científico advierte: «Hablamos sólo de probabilidades que no pueden asegurar que sea cálido, porque también hay un porcentaje del 30% de que sea un otoño normal, y un 20% de que sea frío». Donde la incertidumbre de las predicciones meteorológicas se acentúa es en el apartado de las precipitaciones. A diferencia de otros años en los que los estudios anunciaban un equinoccio pasado por agua, en éste «existe la misma probabilidad de que sea una estación seca, normal o húmeda», explica Gómez.

De lo que no cabe duda, datos de Aemet en mano, es que este verano en Asturias «ha sido cálido e incluso muy cálido en algunas zonas del Occidente; así como normal en precipitación y viento, y con algo menos de sol de lo normal, especialmente junio». En concreto, el balance térmico alcanzado por el estío se sitúa en «un 0,4 por encima de lo normal», indicó Ángel Gómez.

Las conclusiones de la Aemet también destacan que la distribución de las temperaturas a lo largo de los tres meses estivales fue «irregular» con «un junio frío y julio y agosto muy cálidos». Las temperaturas más altas de la comunidad se registraron el 23 de agosto. Durante esta jornada se observaron máximas de 36,1 grados en la estación meterológica de Mieres-Baíña, 35,9 grados en la de Soto-La Barca, 34,5 grados en Gijón-Campus y de 33 grados en el aeropuerto de Asturias. Esta última temperatura fue «la máxima registrada en esta estación desde 1968», destacó Gómez.

En cuanto a las lluvias, el balance indica que «han sido normales», aunque con una distribución irregular. En el mapa de precipitación aparecen «zonas donde el verano ha resultado seco o muy seco y otras, como la oriental, donde ha más sido húmedo». En total, la estación ha tenido un déficit de precipitación del 16% y agosto fue el mes más seco con un déficit del 41%». La DANA que afectó a la península Ibérica la pasada semana dejó el 10 de septiembre importantes precipitaciones en la zona Oriental del Principado. Esa jornada se alcanzaron los 98,4 litros por metro cuadrado en Panizares, Amieva. El año hidrografico se salda con «un ligero déficit de precipitaciones en Asturias, excepto en la zona de Oviedo», señala.

En cuanto a las tormentas, el verano se saldó con 10.136 rayos. Junio fue el mes de menor actividad tormentosa desde el año 2.000, mientras que julio fue el cuarto con mayor número de rayos. El 25 de agosto se registró el mayor número de descargas eléctricas, 2.398.