«Dijo que habían discutido, pero no se acordaba de si le había causado una lesión»
Los agentes que encontraron el coche de Alejandro Fernández-Canteli llamaron al acusado del asesinato y les dijo dónde estaba
LUCÍA LÓPEZ PÉREZ
LA ARENA.
Miércoles, 28 de febrero 2024, 01:00
En el segundo día del juicio por la muerte de Alejandro Fernández-Canteli, celebrado ayer en la Audiencia Provincial de Oviedo, declararon los agentes de la Guardia Civil que encontraron el coche de la víctima y que acudieron a la casa del acusado y los dos testigos la noche del 4 de noviembre de 2020.
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Dos agentes que patrullaban la zona encontraron a las doce de la noche el coche de Fernández-Canteli en la cuneta, a la altura de El Castillo, en dirección hacia Soto del Barco. En un principio todo hizo pensar que se trataba de un accidente, pero las manchas de sangre que la víctima presentaba en su ropa y que se encontraron en el coche hacían dudar de que fuera así. Los agentes comprobaron que el conductor del vehículo, la única persona que había en la zona, estaba muerto y acto seguido llamaron a los servicios de emergencias, que certificaron el fallecimiento.
Tras sacar a Fernández-Canteli del coche y abrir su camisa, los sanitarios vieron que la víctima tenía una herida a un lado del tórax, lo que hizo saltar las alarmas. En el momento del hallazgo, el teléfono de la víctima recibió varias llamadas del acusado, D. R. D. La última de ellas fue respondida por uno de los agentes haciendo que el acusado colgara. Desde un teléfono oficial se procedió a llamarlo nuevamente y éste, tras identificarse y decir que era amigo de la víctima, les facilitó la dirección de la casa en la que residía en San Juan de La Arena.
Algunos hermanos de la víctima sabían que estaba con alguien a quien trataba de ayudar, pero no conocían a D. R. D.
Al llegar, los agentes aseguran que podían verse «restos de sangre desde la acera a la casa». Varios de ellos afirmaron que, a pesar de ser de noche, podía verse perfectamente que el rastro iba desde la casa hasta un aparcamiento cercano, desde donde se intuye que la víctima habría cogido su coche para ir al hospital. Los agentes no entraron en el domicilio, pues fuera de él el acusado ya les esperaba junto a su compañero, rumano también y el propietario de la casa, quien salió poco después. Los agentes coinciden en que el acusado estaba «nervioso», aunque ninguno de ellos percibió signos de que estuviera borracho o drogado, como aseguró el propio acusado, quien aseguró haber bebido varias botellas de vino y cerveza y haber fumado marihuana.
A pesar de haber comunicado a los agentes en un primer momento que era «un amigo de Alejandro», cuando se personaron en el domicilio el acusado les contó que en realidad era su pareja. «Dijo que habían tenido una discusión, pero no se acordaba de si le había causado una lesión», aseguró uno de los agentes ante la Fiscalía.
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Ante lo ocurrido, los tres testigos acudieron voluntariamente a dependencias judiciales donde el dueño de la casa y su pareja aseguraron que el acusado había herido a la víctima con un arma, que había tirado a un talud frente a la casa. Sin embargo, tras inspeccionar la zona no se encontró el objeto con el que causó la herida a Fernández-Canteli. No obstante, las declaraciones de los testigos y las manchas de sangre en la chaqueta del acusado hicieron que pasara a ser investigado.
Junto a los agentes declararon seis hermanos de la víctima, quienes lo describieron como un hombre «muy tranquilo» al que hacía poco le habían intervenido de una afección cardiaca. Todos ellos sabían que «estaba con alguien» al que «estaba intentando sacar de la droga», pero ninguno conocía al acusado.
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