Un recuerdo para Jaime Acinas en el Xiringüelu

Nadie está preparado para perder a un amigo. Menos, cuando las circunstancias se tuercen y surge la desgracia. Sin embargo, recordarlo es una forma de mantenerlo vivo. Para la peña L'Esquil, este Xiringüelu tratará precisamente de eso, de recordar al joven Jaime Acinas, fallecido el pasado 9 de julio en un accidente de moto cuando regresaba de Luanco y para quien «el 'Xirin' era su fiesta».

Los 42 integrantes que conforman la peña se echaron esta semana al prau Salcéu para construir la tradicional caseta en cuyo techo este año luce un gran número once. «Era su número, lo llevaba siempre», cuenta Charly, uno de sus amigos, mientras que Pablo Riesgo explica que «este año queremos pintar el once en la lona para que se vea desde el cielo». El número no solo irá en el techo de la construcción, sino que todos los integrantes lo llevarán consigo en las camisetas que anualmente preparan para lucir en el prao.

En algunas, las de sus amigos más cercanos, está impreso su apellido, por el que muchos le conocían, y la figura del dios egipcio Anubis, que el joven llevaba tatuado en un brazo. «Teníamos mucha comedia con eso porque le preguntaron por el tatuaje y no sabía quien era», ríen sus amigos quienes lo recuerdan como «una persona que siempre animaba a todos. Cuando estabas de bajón venía a bailar o a cantar a tu lado». Es por ello que este año, como explica David García, «se va a notar mucho que no está. Vamos a echarle de menos».

Pese a la pena asociada a la pérdida, en la peña L'Esquil saben que «este año va a ser muy especial» y por ello «intentaremos pasarlo bien, por él». Álex Rodríguez afirmaba entre los últimos clavos y palos que «una de las mejores formas de recordarlo es aquí, en el Xiringüelu. No hay mejor forma de hacerlo». Hoy la sidra y la folixa, irán por él.