Barbón quiere que la vacuna priorice a los mayores de 65 años

Hace una semana la protagonista de la jornada tenía un nombre propio: Pepita Paleo. De 80 años, residente en la Mixta de Gijón, era la primera persona vacunada en Asturias contra la covid-19. «Los que todavía tengan dudas, que se animen, que se la pongan. Es por el bien de todos», decía tras el pinchazo. Ese pinchazo, según el programa de vacunación del Principado debería de reproducirse, en una primera fase, en 150.000 personas en el primer trimestre.

Para cumplirlo, se abre una batalla en el reparto de esas dosis por comunidades. Detectar quiénes deben de ser los primeros influye consecuentemente en el número de vacunas que debería recibir Asturias. A este respecto, el presidente del Principado, Adrián Barbón, exigió ayer que este reparto «tiene que ser justo y lo justo significa priorizar a las personas más vulnerables frente al virus que viven en cada comunidad». A través de la publicación en uno de sus perfiles sociales, el jefe del Ejecutivo especificó que «se debe primar a los mayores de 65 años, porque son los más vulnerables. Ésa es la estrategia de vacunación y es la adecuada».

No es una cuestión menor puesto que Asturias es una de las comunidades con una población más envejecida por lo que, a la hora de hacer los cálculos, el resultado no sería el mismo si el reparto se hace por número total de habitantes que teniendo en cuenta la pirámide poblacional.

Además, sobre el criterio a seguir en Asturias, Adrián Barbón justificó que «las primeras vacunas se están dando en las residencias de mayores, para inmunizar primero a los residentes y su personal, porque durante la pandemia se ha visto su vulnerabilidad. «Luego, por grupos, irán otros».

De momento, el Principado está volcado en que esos grupos reciban la primera dosis puesto que la vacunación completa consiste en dos pinchazos. Al inmunizarles con la primera disponible, la de Pfizer, será necesario aplicar una segunda dosis a los 21 días.