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El calor da una tregua a Asturias
Pola de Somiedo registró la máxima de la región, con 38 grados, mientras que en el litoral el calor dio una tregua gracias a la brisa marina
Al final se cumplieron las expectativas y Asturias vivió ayer una jornada de calor sofocante que, para muchos, convirtió a la región en una especie de olla a presión, con temperaturas que rondaron los 40 grados en algunas zonas. Quienes tenían a mano una playa no dudaron en echarse en masa al arenal para disfrutar de un buen baño refrescante en las aguas del Cantábrico, donde la temperatura se mantuvo generalmente por debajo de los 30 grados y se pudo disfrutar de una jornada veraniega y apetecible gracias al efecto de la brisa marina.
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Los que lo pasaron algo peor fueron los asturianos que residen en los municipios del interior, a quienes no les quedó otra que lanzarse a la piscina más cercana para sobrellevar una jornada que no suele ser habitual en el verano asturiano y que recordó ligeramente a la ola de calor que se vivió el año pasado en Asturias, en la que la región registró el máximo histórico de temperatura con 41,4 grados en la localidad de Baiña (Mieres).
Y no fue para menos. La mañana empezó siendo calurosa, con al menos seis concejos con valores por encima de los 30 grados a la una de la tarde, pero la temperatura fue cogiendo fuerza a medida que pasaban las horas.
El pico de calor
Las previsiones que venía emitiendo la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) desde comienzos de semana, en las que pronosticaba que la región alcanzaría los 38 grados en algunos puntos del territorio, con especial incidencia en los municipios del suroccidente, se cumplieron a primera hora de la tarde de ayer en Pola de Somiedo. Todavía no marcaba el reloj las cuatro cuando los termómetros de la localidad registraban unos insólitos 38 grados, el máximo de temperatura que ha alcanzado la región durante esta tercera ola de calor.
Una situación similar a la que hubo en Cabrales, donde a las tres y media de la tarde el mercurio indicaba 37,6 grados y la sensación de sofoco estaba en boca de los valientes que se encontraban en la calle en aquellos momentos. En Cangas del Narcea y Aller, por otra parte, se llegaron a registrar 37 grados a esa misma hora.
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No fueron los únicos que buscaron la sombra o que necesitaron tirar de botellas de agua para no deshidratarse en las horas centrales del día. Tineo, Amieva e Ibias también registraron temperaturas por encima de los 36 grados, mientras que en Lena y Piloña estuvieron alrededor de los 34 (34,4 grados en Lena y 33,8 en Piloña). Otros concejos que sufrieron el calor fueron Mieres, donde los vecinos tuvieron que soportar 33,2 grados en plena hora de la comida, sobre las dos y media; Salas, cuya máxima se situó en 32,2 grados; Degaña, que alcanzó los 31,9 grados, y Oviedo, que desinfló un poco en relación a las expectativas y no superó los 31,4 grados en toda la jornada.
El viento toma el relevo
Lo que comenzó como la jornada más calurosa del verano terminó con una estampa propia del otoño. La galerna llegó a última hora de la tarde a las playas de la costa del oriente asturiano. El cambio brusco del viento, de este a oeste, y que coincidió con la finalización de los equipos de salvamento, no sólo trajo consigo rachas de viento de hasta 52 kilómetros por hora, como pasó en Llanes, sino que además abrió paso a la llegada de las nubes.
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Se prepara así el nuevo escenario de los próximos días, en los que, según prevé la Aemet, las temperaturas se mantendrán o experimentarán un ligero descenso, los cielos presentarán intervalos nubosos y podría caer algún chubasco ocasional. En cuanto a las temperaturas en las principales ciudades, Oviedo registrará una mínima de 18 grados y una máxima de 29; en Gijón se oscilará entre los 18 y 26 grados, y en Avilés entre los 18 y 27.
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