«Mi madre siempre me mandaba frixuelos al Buckingham Palace»

Después de 40 años en Inglaterra acompañando a la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, Isardina Windsurf regresa a su Gijón natal para vivir el Antroxu junto a los suyos, a quienes «echaba muchísimo de menos». Junto al guardia real William Beefeater y la cotilla profesional Gelita Flecha, 'Sardi' visitó la redacción de EL COMERCIO.

-Viene que no le falta detalle. ¿Se ha vuelto más refinada en su estancia en Inglaterra?

-Aprendí sobre el saber estar y esas cosas británicas. Bueno, saber estar hasta cierto punto. Me quedé con el acento, un par de trajes que me regaló la reina y toda una experiencia de una vida.

-¿Cómo son los ingleses?

-Uf, qué preguntita. Son rancios, pero en el buen sentido de la palabra. ¿Cuál es el buen sentido? Que cada uno lo decida en su casa. Son gente muy metódica, muy puntual y a la que le gusta mucho el windsurf. Y son muy monárquicos.

-Mejor los asturianos, ¿no?

-¡Por supuesto! Sobre todo los xixoneses. Es mi tierra y tenía muchas ganas de volver porque lo echaba de menos. Ya se lo decía yo a Gelita antes, que cuando llegaba la semana del Antroxu, mi madre -que en paz esté-, siempre me mandaba un tupper con frixuelos al Palacio de Buckingham.

-¿Le dio de probar a la reina?

-¡Claro! Le encantaba. Ella era muy llambiona de toda la vida. Decíame: «¡Ay, sardina, ponme otro frixuelín anda!». Moxábalo en el té, una gochada... Pero prestában-y por la vida.

-¿La echa de menos?

-No me hables de ella porque todavía me emociono mucho... A mí me rescató. Llegué a Inglaterra porque daba clases de windsurf en la Universidad Popular y, una mañana en la que estaba tranquilamente con mis alumnos, me metí al agua para hacer una demostración y una ola me absorbió a lo pijo. Salí en el Támesis con un mareo que pa' qué y me encontré a Lilibeth, que me contrató como profesora particular de la familia 'royal'. A Charles, como le dicen allí, desde que era un nenu enseñándole windsurf...

-Se fue cuando no había Brexit. ¿Fue muy difícil volver?

-No, nada. Ahí el problema es para entrar, no para salir. Además, después de tantos años yo ya tenía la nacionalidad. Me casé con una parrocha de allí y me dieron la doble nacionalidad, pero soy más gijonesa que otra cosa.

-De la que venía nadando por la zona oeste, ¿cómo estaba el agua?

-Ten en cuenta que cuando yo marché eran arenales todo... Estaba más limpia hace 40 años.

-Habrá podido ver que Gijón está lleno de carriles bici. ¿Prefiere moverse así o darle a las aletas?

-Yo prefiero la aleta porque estoy más acostumbrada, pero el mundo bici -que allí en Inglaterra ya se llevaba desde hace muchísimos años- está muy bien. Para los que no tienen la facilidad que podemos tener las sardinas de ir nadando a los sitios, me parece una alternativa muy saludable. Además Xixón 'ye llanino'... En el centro, eso sí, que si te metes para El Coto ya es otra historia.

-Es muy fan de las Spice Girls. ¿Llegó a conocer a alguna?

-Por supuesto. Esto no lo sabe la gente, pero ellas venían muchas veces a hacer conciertos privados a Buckingham y, cómo no, a tomar el té.

-¿Cuál es la más cotilla de todas?

-Son muy suyas... Pero yo diría que Victoria Beckham, que va de mosquita muerta pero cuando te giras te pone de vuelta 'and a half'.