Casa María cede el bastón de mando a la nueva generación
Traspaso. Rosa Rubio y María del Carmen se hacen a un lado tras toda una vida dedicada a servir a los clientes del bar de Raíces
Desde que Casa María abrió sus puertas en Raíces en 1966 se convirtió en la casa de todos. Por entonces su nombre era Bar Rubio y el local se encontraba en una calle diferente a la actual, aunque desde el primer momento logró posicionarse como un punto de encuentro fundamental entre los vecinos de la localidad y de la comarca.
Publicidad
María Garrido y José Rubio, que recalaron en la localidad castrillonense desde San Martín de Luiña en busca de un futuro, fueron los encargados de levantar un negocio que en sus primeros años no solo fue bar, sino también pensión y hogar. Sin embargo, con el fallecimiento de José, María tomó las riendas del negocio al que dio un giro en 1982 con su traslado a la calle Cid Campeador. «En tres meses montó el chiringuito y se vino aquí. Era muy avanzada, muy trabajadora». Lo recuerdan sus hijas Rosa y María del Carmen, segunda generación de hosteleras que desde la infancia llevan detrás de la barra y entre los fogones de Casa María.
Las dos hermanas tomaron en 1997 el relevo de sus padres para seguir con la tradición de cultivar una cocina tradicional, de la de toda la vida. Rosa lleva desde entonces detrás de la barra y María del Carmen en la cocina, aunque el próximo 31 de julio será el último servicio que hagan.
Ambas han tomado la decisión de hacerse a un lado para dejar paso a una nueva generación. «Han sido años muy buenos, hemos trabajado mucho y hemos tenido una clientela muy fiel», señalan, agradecidas a los clientes que día a día acuden al bar y a los que han visto crecer.
El encanto de Casa María reside, entre otras cosas, en la comida «sencilla y tradicional con producto fresco y bueno», fruto de la mano de María del Carmen quien explica que «abrimos a las 8 de la mañana y la pota está siempre puesta a esa hora».
Publicidad
Esta línea tratarán de seguirla Kaliamne Rebeca Diéguez y Sachy Labrada, que llevan cerca de dos años trabajando en el bar como camareras y que a finales de mes pasarán a formar parte de la tercera generación de hosteleras.
La idea de ambas pasa por mantener «lo más parecido posible lo que han logrado hasta ahora, mantener la cocina tradicional y la comida casera, que al final es lo que gusta a los clientes». A pesar de «pequeños cambios» que se puedan incorporar paulatinamente, el objetivo es mantener una esencia que ya se encuentra pegada a las paredes del local.
Publicidad
«Es una pena cerrar un negocio que lleva muchos años y que han llevado muy bien», cuenta Kaliamne. A lo largo de este tiempo ambas han conectado con una clientela fiel que ha supuesto uno de los motores les ha animado a dar el paso de continuar con el negocio: «Estamos nerviosas porque es un paso grande que vamos a dar, pero también con fe de que todo va a salir bien y fe en lo que hemos ido aprendiendo y en los clientes que tenemos. Si no fuera por ellos, igual no nos hubiéramos arriesgado a hacerlo», afirma Sachy.
Tanto Rosa como María del Carmen se muestran encantadas con el relevo que tendrá el local y agradecen el apoyo recibido por clientes, anteriores trabajadores y proveedores a lo largo de estos años. Aunque con pena por dejar el negocio que ha formado parte de su vida a lo largo de todos estos años, ninguna oculta su orgullo hacia Kaliamne y Sachy por haber tomado la decisión de continuar con el negocio.
Publicidad
«Estamos encantadas que gente joven con ganas de trabajar y que tengan interés sigan con el negocio», aseguran. Casa María continuará sirviendo comidas y acogiendo a los vecinos de Raíces y la comarca para seguir escribiendo una historia que ahora pone punto y a parte.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión