Colegios e institutos reabren con mascarillas y termómetros y el rechazo de todos los sindicatos

Jornada extraña en los centros educativos asturianos. Reabrieron sus puertas, pero lo hicieron sin lo más importante, los alumnos. Y con algunos elementos que jamás se hubieran imaginado en colegios e institutos y que, a partir de ahora, formarán parte de su rutina: mascarillas, pantallas faciales, mamparas, litros de gel hidroalcohólico y multitud de señales en pasillos, puertas y paredes recordando que hay que mantener dos metros de distancia y que habrá itinerarios que seguir. Así volvieron ayer a colegios, institutos y centros de FP equipos directivos y personal de administración, tal y como había señalado la Consejería de Educación. En los próximos días, por turnos y de forma escalonada, se irán incorporando los docentes de segundo de Bachillerato, del último curso de FP y de cuarto de ESO. Desde ayer, además, pueden recibir con cita previa a las familias que necesiten realizar algún trámite.

Volvieron y volverá el resto con bastante trabajo y más preocupación. Lo resumía José Ignacio Nieto, director el IES Carmen y Severo Ochoa, de Luarca: «Lo más complicado es que no tienes la certeza de que todo lo que estás haciendo es correcto. Luchamos contra algo invisible. Intentamos cumplir el protocolo». No solo es que el 'enemigo' sea invisible, sino que para muchos ese protocolo no es suficiente. El director del Colegio Rural Agrupado Santana, de Cangas del Narcea, lamentaba que «las directrices marcadas» no son todo lo claras que cabría esperar. De hecho, algunos directores, como el del IES Montevil, de Gijón, César Suárez, admitían que aún esperan más indicaciones para saber con detalle cómo deben recibir a los alumnos a partir del día 25.

Pero todo hace indicar que las órdenes de Educación se han acabado, que buena parte de la responsabilidad queda en manos de los directores y que serán ellos los que marquen algunos límites. Por eso, llevan semanas «dándole vueltas» a una organización nada fácil, la de estas últimas semanas de curso con enseñanza presencial para algunos niveles y, que sin duda, servirá de 'ensayo' para lo que está por venir en septiembre. En el colegio público Río Sella de Arriondas se han hecho, como en el resto, con de litros de gel hidroalcohólico, mascarillas y varios modelos de «pantallas regulables para ver qué tal lo asumen los niños». «Hay que organizarse porque septiembre está ahí y las instrucciones de la consejería no son tan rápidas como nos gustaría», explica la directora, Ana González. El suyo es uno de los centros que ha decidido que tomarán la temperatura a los alumnos. También lo harán en el colegio Corazón de María, de Gijón.

Y nada ha sido negociado con los sindicatos. Eso es lo que criticaron ayer todas las organizaciones que, de forma unánime y tras reunirse con la consejería, mostraron su rotundo rechazo a la reapertura de centros en estas condiciones. Creen que las medidas no son suficientes, que hay demasiadas cosas sin aclarar y se deja en manos de los directores decisiones que no les corresponden. También los representantes del Personal de Administración y Servicios están preocupados. CSIF reitera su malestar ante la situación de los 1.800 ordenanzas, limpiadoras y administrativos.