«Nuestro compromiso con Ciudadanos es impecable, no somos traidores»

-Han conseguido 400 firmas en un día para forzar una asamblea. ¿Cómo lo valoran?

-La impresión es muy buena. Arrancamos el movimiento con treinta cargos y ya se han sumado muchos más y cientos de afiliados. Lo que nos ha sorprendido es la respuesta por parte de la dirección nacional ya que no esperábamos que, a un movimiento tan importante, contestaran reconduciéndonos a la refundación. Ponerse una venda en los ojos es una sinrazón.

-¿Por qué ahora y no cuando se anunció la refundación?

-Les dimos tiempo para llevarla a cabo y, además, no quisimos perjudicar aún más al partido en medio de varios procesos electorales. Pero ahora, al constatar además que la refundación nos llevaría hasta enero, hemos tomado esta decisión, sobrevenida por el calendario electoral y porque es lo que nos pide la militancia, que demos un paso adelante.

-La dirección nacional dice que hay 12.000 militantes, y no 6.000. ¿Se ven con fuerzas para llegar a las 4.000 firmas necesarias?

-No quiero entrar en una guerra de cifras, pero esa me parece sobradamente inflada. No está actualizada. Pretendíamos que con la simple petición de cargos orgánicos e institucionales atendieran a razones, pero visto lo visto parece que nos veremos obligados a seguir con la recogida de firmas. En todo caso, estamos seguros de que serán muchos los afiliados los que se van a sumar.

-¿Y si no lo consiguen? ¿Se plantea dimitir?

-Si no se consigue sería una muy mala noticia porque Ciudadanos afrontaría la campaña electoral autonómica y municipal bajo la inercia en la que está sometido el partido, que nos sitúa fuera de los parlamentos autonómicos. Y, a partir de ahí, cada uno de los impulsores decidirá individualmente qué medida adoptar.

-¿Qué haría usted?

-Yo prefiero jugar el partido. Siempre salgo a ganarlos.

-¿Cuánto de Asturias hay detrás de esta rebelión?

-No lo llamaría rebelión porque en Ciudadanos ha habido movimientos internos mucho más críticos, duros y perjudiciales para el partido, y algunos de sus impulsores están ahora en la ejecutiva. Pero de Asturias hay mucho y espero que haya mucho más, como del resto de comunidades. Soy uno de los impulsores y espero que Asturias tenga un gran peso, igual que pelee para que lo tuviera en la dirección nacional.

-¿No teme que este movimiento pase factura electoral?

-Lo que sí va a pasar factura electoral es no hacer nada. No podemos permitirnos que Ciudadanos sea el único partido que se plantee arrancar el proceso electoral tan tarde. Ahora las circunstancias han cambiado y le aseguro que no hay mucha gente picando a la puerta para liderar el proyecto, como pasó en 2019 cuando estaba Albert Rivera y todo el mundo quería subirse al barco.

-Hay voces que ven incoherente que dirigentes como usted, nombrados por la actual dirección nacional, pidan la dimisión de Arrimadas sin poner su cargo también a disposición de los afiliados.

-Mi cargo no está sometido al juicio o valor de los militantes, de ahí que no pueda ponerlo a disposición de las bases, sino de la ejecutiva. Si ésta considera que estoy haciendo algo improcedente, que me destituya. Pero quienes nos acusan de traidores deberían saber que nuestro compromiso con Ciudadanos ha sido siempre impecable.

-¿Teme represarías?

-Espero que no. Los estatutos del partido nos permiten coger firmas para forzar una asamblea, lo que no recogen es una refundación. Pero si la dirección entra en esta sinrazón y empieza a cesar a los cargos que piden dar voz a la militancia pondría el listón muy bajo en lo que a democracia interna se refiere.

-¿Ha hablado con Arrimadas?

-No. De la dirección nacional nadie se ha puesto en contacto con nosotros. Por eso hemos solicitado una reunión con la secretaria general de Ciudadanos, Marina Bravo, porque entendemos que se trata de un movimiento de importancia suficiente como para que la dirección tenga a bien recibirnos.

-¿Cuál ha sido en su opinión el error de Arrimadas?

-El principal error de esta dirección es la falta de autocrítica. Ha habido varios procesos electorales en los que nos hemos dado batacazos muy serios y siempre se han buscado excusas. Ha habido decisiones políticas erróneas, falta de implicación con los territorios y estrategias que han favorecido al Gobierno PSOE-Unidas Podemos.

-En Asturias ustedes también han llegado a acuerdos con el Gobierno socialista...

-La diferencia es que en el Gobierno de la nación está PSOE y Unidas Podemos, y aquí en Asturias, precisamente, lo que está haciendo Ciudadanos es conseguir que Podemos e IU sean menos decisivos porque estamos forzando al PSOE a adoptar posturas más centristas.

-Edmundo Bal ha insinuado que podrían estar buscando el paso al PP y les ha instado a comprometerse con el partido.

-Se trata de una estrategia diseñada por la dirección para poner humo sobre lo que realmente es importante. Cuando estuve en su campaña electoral y de apoderado en Madrid, en Sevilla y en otros muchos comicios nadie me pidió el compromiso, porque lo llevo demostrando desde 2014, antes de que llegara Bal a la formación. Nadie me puede achacar que no me haya roto el lomo para trabajar por este partido y pido que se nos respete, igual que nosotros respetamos y actuamos con lealtad.

-¿Vuelve la sombra de Fran Hervías coincidiendo con la publicación de su libro?

-Lo que coincide es con un otoño en el que hay que buscar candidatos y no sabemos qué proyecto de partido vamos a ofrecer. El resto, ruido interesado. Igual que cuando se dijo que yo ya estaba en el PP y luego que me iba al PSOE.