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Sergio Valles García, en la sede de la dirección general de Cuidados, Humanización y Atención Sociosanitaria que dirige. En el vídeo: Decálogo para protegerse de la COVID-19 ÁLEX PIÑA

Coronavirus en Asturias | «No descartamos medicalizar residencias como en la primera ola»

Sergio Valles Director general de Cuidados, Humanización y Atención Sociosanitaria ·

«En la primera fase, hubo 1.156 casos positivos en los geriátricos. Ahora, 1.348, pero es que hacemos cinco veces más pruebas PCR»

ELENA RODRÍGUEZ

OVIEDO.

Domingo, 15 de noviembre 2020, 00:48

Diplomado en enfermería, experto universitario en Urgencias y Emergencias y miembro de la comisión consultora de la Unidad de Investigación en Cuidados y Servicios de Salud del Instituto Carlos III, Sergio Valles (Oviedo, 1977) ha sido director de Gestión de Cuidados y Enfermería del área sanitaria VIII (la del Nalón) y es director general de Cuidados, Humanización y Atención Sociosanitaria.

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-¿Tan dura se ha vuelto la sociedad que era necesaria una dirección general de Cuidados y Humanización?

-No tiene nada que ver. Cada vez hay un mayor número de personas con dependencia y enfermedades crónicas a las que no es tan importante curar como cuidar. La pandemia lo ha puesto en evidencia. El avance de las nuevas tecnologías y la especialización en la atención sanitaria han hecho poner el foco en la humanización, sin entender que haya una atención deshumanizada.

-¿La seguridad en tiempos de covid está reñida con la humanización?

-Hay que encontrar el equilibrio entre la seguridad, los derechos individuales y la salud emocional y cognitiva de los residentes. No es fácil en una enfermedad como ésta en la que el tratamiento inicial es el aislamiento, con las repercusiones que acarrea. Aun así, se han puesto en marcha iniciativas para paliar los efectos nocivos: llamadas mediante tablets, facilitar el acompañamiento en la medida de lo posible en situaciones especiales, como cuando hay un grave deterioro cognitivo, al final de la vida...

-¿Qué análisis hace de los brotes en los geriátricos?

-Estamos preocupados porque la situación de incidencia del virus es elevada y por la sobrecarga del sistema sanitario; por la ocupación, sobre todo, de camas de UCI. A mayor incidencia fuera, el virus acaba entrando en las residencias por una especie de ósmosis. Tenemos que concienciarnos de que todo lo que hacemos termina repercutiendo en las personas más frágiles. Nuestra labor consiste en una detección precoz a fin de miminizar el impacto.

-Los últimos datos son muy preocupantes: 360 casos en 83 geriátricos en una semana y 52 fallecidos.

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-La situación es preocupante, sí, como en el resto de comunidades, porque en las residencias viven personas muy vulnerables. En la primera ola, se diagnosticaron 1.156 casos, entre residentes y trabajadores (el 39% de todos los de Asturias). En la segunda, 1.348 (el 9,5% del global). El dato bruto es mayor ahora, pero es difícil hacer una comparación, porque ni la estrategia de detección ni nuestra capacidad de detección son las mismas.

-¿Por las PCR?

-Hacemos cinco veces más PCR que en la primera ola. Detectamos cinco veces más casos. La foto de ahora es más real. Calculamos que estamos detectando el 80% de los casos, mientras que en marzo, el 10%. A los casos leves no se les hacía PCR. Ahora sí. La letalidad entonces era de un 31%; ahora, del 12%. El dato habla mejor de la gestión de los casos en residencias.

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-¿Por qué se está cebando más con las privadas?

-No me atrevo a establecer una relación de causalidad. El virus no tiene titularidad. El trabajo de la red sociosanitaria, tanto pública como privada, es muy bueno. Los datos de los que hablamos ahora cambian en una semana.

-Volviendo a las PCR, hay familiares que se quejan de la demora en llevarlas a cabo.

-Puede haber algún caso, pero no me consta. Cuando hay una sospecha de un contagio, de un residente o trabajador, entra el Servicio de Salud y, siguiendo los criterios de Vigilancia Epidemiológica, se realizan las pruebas. El 88% de los residentes positivos son asintomáticos. Hacemos cribados en el día cero, en el segundo día, en el quinto, en el decimocuarto... Hay un seguimiento muy intensivo. Somos la única comunidad que hace cribados a los trabajadores cada 28 días.

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Unidades 'satélite'

-Los centros privados piden el pago de PCR a residentes y plantillas y unidades 'satélite' para ingresos de residentes contagiados. ¿Atenderán las peticiones?

-El pago de las PCR estaba solucionado con la Consejería de Derechos Sociales y en cuanto a las unidades 'satélite' se está en vías de crear algún modelo.

-¿Medicalizan residencias?

-Para medicalizar una residencia hay que tener un volumen de residentes muy importante que necesita atención sanitaria y, en lugar de trasladarlos a un hospital, transformamos el centro en un dispositivo para proporcionar esa atención. Así sucedió en la primera ola en Grado. En total, en seis. Ahora, por la detección precoz, no hemos tenido que hacerlo, aunque no lo descarto.

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-Con las UCI saturadas, ¿están haciendo triajes, seleccionando quién entra?

-Es lo que queremos evitar. Estamos en una situación crítica. Estamos utilizando recursos que en la primera ola no fueron necesarios. Necesitamos bajar la urgentemente la incidencia. Digo bajar, no estabilizar. De ahí que se hubiera planteado el confinamiento y estemos insistiendo a la ciudadanía en el autoconfinamiento salvo para actividades esenciales. Es la única medida que ha demostrado su eficacia para contener la transmisión.

-¿Hay que repensar el modelo de cuidados asistenciales?

-Sí, claro. Una de las conclusiones de la pandemia es que hay que darle una vuelta al modelo de cuidados de nuestros mayores. Las necesidades de cuidados no tienen nada que ver con las de hace quince años. Hay que remodelar las residencias para que recuerden cuanto más mejor a la calidad de un hogar. Ya se está trabajando en ello. La intención es probar una experiencia piloto en 2021 con dos centros.

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-¿Cómo serían?

-Hay que valorar. Centros residenciales más pequeños, organizados por módulos, con habitaciones individuales, office que presten apoyo de cocina, entornos acogedores para recibir la visita de la familia y los amigos... Un modelo en el que cada persona tenga un plan de vida en la residencia. No otorgar demasiado peso a lo sanitario, pero sí tener un plan de referencia para el autocuidado.

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