380 kilómetros, 21 horas y 42 grados
Fernando Sendino y Jesús Álvarez relatan su aventura en bicicleta de Mieres a Santiago de Compostela
maría gancedo
Miércoles, 24 de agosto 2016, 11:19
Fernando Sendino y Jesús Álvarez, dos guardias civiles del Grupo de Rescate e Intervención de Montaña GREIM de Mieres salieron de esta localidad a la medianoche del 11 de agosto y llegaron a Santiago de Compostela a las nueve de la noche del día siguiente después de una noche en vela pedaleando.
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«Fue un viaje tranquilo. No había casi tráfico por las carreteras comarcales y teníamos muy buena iluminación. La parte más peligrosa, que es la carretera que une Lugo con Santiago, ya la hicimos de día, así que no hubo ningún problema», explican.
Estos deportistas por profesión y vocación eligieron el Camino Primitivo pasando por Oviedo, Grado, La Espina donde hicieron una parada técnica a las cuatro de la mañana, Tineo, Pola de Allande donde se detuvieron a desayunar cuatro horas después Grandas de Salime, Fonsagrada y Lugo para terminar en Santiago. Un total de 380 kilómetros que realizaron a una velocidad media de veinte kilómetros por hora con cuatro paradas de media hora para comer e hidratarse y otras de cinco o diez minutos para estirar las piernas. En total consumieron unos quince litros de líquido entre agua y bebidas isotónicas, varios bocadillos y barritas energéticas.
Iban bien preparados y además contaban con un apoyo rodado que les suministraba víveres cada tres o cuatro horas. Todo estaba previsto; excepto el calor. «Tardamos una hora más porque las temperaturas a mediodía ya en la zona de Galicia alcanzaron los 42 grados. Era insoportable, pero solo nos quedaban unos cien kilómetros para la meta así que a esas alturas ya íbamos más de cabeza que de cuerpo. El objetivo era llegar, no hacer tiempos y llegamos», dice Fernando Sendino.
«Fue una experiencia increíble». El regreso lo hicieron esa misma noche después de una suculenta y merecida cena. Eso sí, ya con la bici aparcada.
Fin solidario
El objetivo principal de la empresa no fue medir su potencial. Había otro de carácter solidario. La salida se produjo frente a La Placina de Santa Marina, lugar donde estará ubicado el nuevo comedor de Amicos. «Se nos ocurrió la idea de involucrar al comedor para concienciar a la gente de la importante labor que realizan, conseguir apoyos y dar a conocer el nuevo emplazamiento», detalló Sendino, quien, al igual que su compañero, en dos años ha realizado el Camino de Santiago tres veces y siempre de una forma diferente.
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