Barbón anuncia diez millones para hacer de Valgrande «un motor económico»

El objetivo es claro: convertir la estación invernal de Valgrande-Pajares, en Lena, -una instalación inaugurada en 1954 y con un equipamiento obsoleto- en «motor económico» del concejo y de toda su zona de influencia. La noticia la daba ayer el propio presidente del Principado, Adrián Barbón, en el debate de orientación política, en la Junta General. El Ejecutivo regional ha obtenido el respaldo económico necesario para modernizar esta instalación: diez millones de euros de los fondos mineros del Instituto para la Transición Justa y financiar así el proyecto de «reconstrucción» de este complejo de esquí. La inversión se ejecutará «de forma inmediata» en una distribución plurianual (2021-2023), de la que el Gobierno central aportará el 75% y el autonómico, el 25% restante.

Barbón quiso destacar el apoyo del Instituto para la Transición Justa, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que encabeza la ministra Teresa Rivera, al proyecto elaborado por la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo, a través de la Dirección General de Deporte.

Valgrande-Pajares -pionera en España, ya que fue una de las tres primeras instalaciones de este tipo que se crearon en el país y la primera de la cordillera cantábrica- ha sido motor económico para el valle de Lena y todo el Caudal, y ha generado empleo directo e indirecto y un flujo de empresas que ofertan diversos servicios y suministros. La cuestión, según subraya el Principado, es que «necesita la actualización de sus medios mecánicos para ajustarse a los cánones modernos en el mundo deportivo».

La consejera de Cultura, Berta Piñán, señaló que la financiación «permitirá abordar el grueso de las inversiones que necesitan las infraestructuras de la estación, mientras que, por otro lado, el proyecto continúa en el proceso de valoración en los convenios de transición justa a los que se presentó hace unos meses».

Los diez millones obtenidos permitirán desarrollar las principales inversiones en el complejo invernal, siguiendo el plan director elaborado, en el cual se proyecta la construcción de un medio mecánico principal, además del desplazamiento y modernización de los existentes. En el proyecto figuran también una serie de actuaciones en los remontes e instalaciones que implican, además, un cambio hacia la eficiencia energética.

«Este Gobierno ha demostrado un claro compromiso con la estación de Valgrande-Pajares y con el valle de Lena, pese a las difíciles circunstancias en que nos encontramos. No se ha parado de trabajar para lograr un futuro para esta emblemática estación y para todo el entramado social y económico de la zona», afirmó Piñán.

La consejera ha añadió que este año se ha ido avanzando en todos los compromisos adquiridos, comenzando por la constitución de la mesa de trabajo junto al Ayuntamiento de Lena y la Cámara de Comercio de Oviedo, de cara a los convenios de transición justa, y siguiendo con la redacción de informes y del proyecto, que ha supuesto para el Principado una inversión de más de 22.000 euros. A esto se suma la puesta en marcha del programa 'Veranu en Payares', para desestacionalizar el uso de la instalación.

El proyecto de reconstrucción de la estación, que estima el total de inversiones en quince millones, se basa en dos informes; el plan director de la estación, realizado este año y que desarrolla una serie de intervenciones para modernizar la instalación (remontes, edificios, eficiencia energética, calidad y eficiencia del servicio). El fin es lograr que siga siendo «un referente en cuanto a la actividad invernal y que, a su vez, genere una oferta atractiva a potenciales usuarios en verano», logrando así la desestacionalización turística.

El segundo documento es el estudio de impacto económico de la estación sobre sus áreas de influencia, elaborado por la Cámara de Comercio de Oviedo y que explica de forma pormenorizada cómo influye el equipamiento en el valle de Lena.

Han sido varios lo movimientos sociales surgidos ante lo que se denunciaba como un abandono de la estación. Todo dio comienzo a raíz del desmantelamiento del remonte del Cuito Negro en 2017 por no resultar rentable su coste de mantenimiento; era demasiado viejo.

Ahora, el principal, el de Brañillín, suma también treinta años de servicio. El año pasado surgió un nuevo movimiento formado por usuarios, trabajadores y empresarios turísticos de Lena y de municipios de León para reclamar un plan de inversiones con el objetivo principal de dotar la estación de un nuevo telesilla rápido y seguro.