¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
Enol García González, con su gaita en Blimea. JUAN CARLOS ROMÁN

«Necesitamos que se estudie gaita en todos los conservatorios»

Enol García González - Premio Fin de Grado en la especialidad de gaita ·

«Quiero conservar lo tradicional, pero también tener la oportunidad de buscar nuevas formas de combinar este instrumento»

Marta Varela

San Martín del Rey Aurelio

Domingo, 16 de diciembre 2018, 22:05

Hay pasiones que enganchan. Esto le ocurrió a un joven blimeíno de 20 años que lleva más de la mitad de su vida dedicado a tocar la gaita. Enol García ha visto recompensadas esas horas de estudio y ensayo obteniendo el Premio Fin de Grado en la especialidad de gaita. Para ello interpretó al piano la pieza obligatoria 'La suite de les mariñes' y, como pieza de su elección, 'La Jota de Centro' al estilo tradicional, solo a la gaita. Ambas de complicada interpretación, porque «hay que demostrar el rendimiento que han dado esos seis años de estudio».

Publicidad

–¿Por qué la gaita?

–Pues en realidad no lo sé exactamente. Con siete años, mi padre había observado que, cuando íbamos a las fiestas, me llamaba la atención la gaita, me gustaba observar cómo la tocaban. Entonces me dijo que había visto que daban clases en Laviana y allí que me fui. Desde las primeras clases me enamoré de este instrumento y ya han pasado trece años. Cada día me gusta más tocarla.

–Y después de tantos años tocando, ahora acaba de ganar el Premio Fin de Grado del Conservatorio de Oviedo 2018.

–Sí, mis padres tuvieron claro que si me gustaba tenía que hacer formación reglada en el Conservatorio. Así que me fui a Oviedo. Primero saqué el Grado Elemental, que son cuatro años, y continué con el Grado Profesional, otros seis años. Al terminar, me apunté al Concurso Premio Fin de Grado y conseguí ser el mejor. Ha sido importante, porque le he dedicado muchas horas. Aunque también ha influido que he tenido grandes profesores que te hacen las cosas más sencillas, como han sido Diego Pangua, Xuacu Amieva, Pedro Pangua y, para preparar el premio, me ayudó Flavio Rodríguez.

–¿Ya ha terminado la etapa de aprendizaje?

–Ni mucho menos, he dado un gran paso, pero se aprende día a día. Ahora me resta hacer el Grado Superior, que se ha implantado hace relativamente poco en Oviedo, pero voy a esperar un poco. Necesito terminar mi carrera de Ingeniería Informática, y luego igual me animo. La verdad es que me apetece mucho, pero requiere mucha dedicación y muchas horas de ensayo.

–¿Es necesario que haya esos estudios superiores?

–Por supuesto, todo lo que hagamos en favor de la gaita es poco. Entiendo que es necesario que se pueda estudiar gaita en todos los conservatorios asturianos para ir creando cantera. Por ejemplo, en mi caso, contando cerca de casa con uno de los mejores conservatorios asturianos, el del Valle del Nalón en Sama, me tuve que desplazar a Oviedo porque en el Nalón no hay estudios de gaita, y eso se nota. Por lo menos se debería de luchar para que se implantase el curso elemental, como ocurre en Gijón, donde la afición ha crecido.

Publicidad

–Entiendo que su tiempo libre es para la gaita.

–Por el momento sí. Estoy en la Banda de Gaitas de Langreo, donde además de ensayar e ir a tocar donde nos llamen, ayudo a mis compañeros dando clases. Y durante el verano imparto docencia en un campamento tradicional que se hace en Sobrescobio. Además, suelo colaborar con aquellas formaciones que por algún motivo necesiten en un momento determinado un gaitero. Porque a mí lo que me gusta es tocar la gaita. Me animo a un bombardeo.

–¿Y cómo le gusta hacerlo?

–Me adapto a todo, porque disfruto tocando. Pero, si tengo que elegir, me encanta tocar la gaita con grupos tradicionales de baile, que es quizás donde más se conserva el carácter tradicional de nuestro folclore. Pero también me apasiona tocar la gaita con otros instrumentos, acoplarla no sólo al tambor. Son por ahora mis dos pasiones: conservar lo tradicional, pero también tener la oportunidad de buscar nuevas formas de combinarla.

Publicidad

«Te atrapa»

–¿Qué te ofrece hacer sonar una gaita?

–Creo que no somos capaces de expresarlo. Te atrapa. Es un mundo distinto casi cada vez. Muchos han intentado copiar el sonido de una gaita a otra, o imitar a un gaitero determinado, pero todo es imposible. Cada gaita suena diferente, y cada gaitero le saca su propio sonido. Es un timbre especial, marcado por su construcción artesanal. Es un instrumento casi mágico.

–¿Hay afición?

–No tanta como debería. Se precisa seguir impulsando su estudio. Tocar la gaita parece que va por zonas, depende de donde vivas hay más o menos afición. En los años 80 o 90, con el 'boom' de Hevia, se notó que mucha gente quería aprender a tocar la gaita, y muchos jóvenes, pero ahora parece que ha decaído algo. Estos últimos años hay mucha gente mayor que, una vez termina su vida laboral, se vuelca en recuperar tradiciones y se anima con la gaita, pero gente joven hay muchos menos. Y aún menos en las comarcas mineras. Luego tenemos zonas como Villaviciosa, que es una maravilla, porque encuentras muchos gaiteros.

Publicidad

–¿Ygaiteras?

–Hay menos que hombres, aunque no lo entiendo, porque lo hacen muy bien. Deberían animarse más.

–¿Cómo debemos elegir una gaita?

–Es complicado, en Asturias hay grandes constructores. Lo importante es dar con uno que construya un puntero que vaya con tu forma de tocar. Yo tuve la suerte de dar con Chus Solís en Langreo. Tienes que tener un punteru que te de las notas como quieras, el roncón te acompaña. Yo tengo una gaita para tocar y dos gaitas tradicionales de varillas que son un lujo.

Síguenos en:

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad