Salud mental
«Pasar 24 horas junto a tu hija para que no haga una locura y sin ayuda te destruye»Padres de niños con problemas de salud mental piden que se abran camas para ellos al menos en uno de los dos hospitales de las cuencas
La salud mental infantil en las comarcas mineras asturianas continúa aquejada de falta de profesionales en activo. Desde 2021 los padres con niños con este tipo de problemas llevan reclamando que se cubran las bajas de los psicólogos infantiles en estas áreas sanitarias. Algo que remarcan que actualmente no se hace. En demasiadas ocasiones, y por excesivo tiempo, es el psiquiatra quien se hace cargo de los niños, y «está saturado», advierten aunque elogian su dedicación y predisposición a ayudar.
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La dureza de vivir junto a una hija de 15 años que tras sufrir acoso escolar, ratificado por una sentencia que incluye una orden de alejamiento para la agresoras, piensa en quitarse la vida «te destruye, y acaba con toda la familia», máximo cuando por parte de la salud mental pública «no encuentras apoyo». «Mi hija estuvo sin atención psicológica infantil de febrero a julio», explica la mierense Covadonga Castañón. «Cuando tu hija ya ha intentado suicidarte, casi no sabes qué hacer. Te quedas con ellas las 24 horas para que no haga ninguna locura», apostilla esta madre mierense.
Este desamparo también llega a otras familias de las comarcas mineras asturianas, ya que para el Nalón y el Caudal actualmente sólo hay un psiquiatra para los casos infanto-juvenil. Un profesional que acude tres días al hospital de Mieres y dos al de Langreo, lo que para los padres con hijos menores con problemas les resulta insuficiente. La situación se complica en los casos en los que estos niños necesitan ingresos, en ninguno de los dos centros hospitalarios hay camas habilitadas para este tipo de situaciones. Por lo que estos progenitores reclaman a Salud que habilite en alguno de los dos hospitales de las cuencas un área de ingresos de salud mental infantil, para poder atender allí los casos más críticos y las urgencias.
En la actualidad, estas familias aseguran sentirse «abandonadas» por la sanidad pública. «Cuando tenemos una urgencia no hay nadie para atendernos», remarca Castañón, con la experiencia de haber lidiado con este tipo de situaciones de forma reciente.
Cuentan los afectados que además gran parte de estos menores terminan siendo medicados al agravarse sus miedos, su baja autoestima, su deseos suicidas y los interminables nervios. Algo que según sus padres podría evitarse o al menos disminuir con una atención psicológica correcta.
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Listas de espera
La falta de profesionales adscritos a salud mental infantil y juvenil ha derivado, según Castañón, en que «varias familias están esperando a que se les atienda, los padres nos preocupamos y al final acudimos a la sanidad privada».
La salud mental infantil también existe, aseveran los padres de niños con problemas mentales en las comarcas mineras asturianas, que esperan que en breve tiempo pueda solucionarse una situación con la que llevan años conviviendo. No quieren que por depender toda Asturias del HUCA «tengamos que algún día lamentar alguna desgracia». «Por favor, que alguien nos ayude», claman estas familias.
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