Casi tres años a la espera de reforzar el talud del corredor del Nalón en El Entrego

Las intensas lluvias de principios de 2018 hicieron mella en la principal carretera del valle del Nalón, la AS-117. El conocido como corredor del Nalón presenta desde entonces un pequeño talud a la altura del Museo de la Minería, en la localidad de El Entrego, que corre el riesgo de venirse abajo. Ante el temor de que esto ocurra, vecinos y fuerzas políticas municipales han reclamado en varias ocasiones la necesidad de actuar sobre la zona para evitar daños mayores. Pero la realidad es que en el municipio samartiniego siguen a la espera de las medidas a adoptar.

Hace año y medio el Principado señalizó la zona con conos para evitar que los vehículos se acerquen a esa parte -en dirección a Langreo-. El pasado mes de enero. Las constantes quejas sobre el estado del terreno propiciaron que en enero de este año el Gobierno regional expresara su intención de intervenir junto a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) a corto plazo para limpiar el argayo en el corredor. Pero tras meses de espera, la situación continúa exactamente igual.

La falta de información y de fechas para dicha reparación llevaron al grupo municipal de IU en San Martín del Rey Aurelio a requerir información al Principado sobre los trabajos a efectuar. La respuesta por escrito del Gobierno autonómico fue que el proyecto se encuentra en fase de supervisión. «Una vez el proyecto sea aprobado y cuando la disponibilidad presupuestaria lo permita, se procederá a su licitación y posterior ejecución», recoge el texto. Se incide además en que el Servicio de Conservación y Explotación de Carreteras «está realizando un seguimiento del avance de la erosión del talud, para tomar las medidas oportunas en caso de que fuera necesario intervenir antes de la ejecución del proyecto».

La respuesta del Principado no convence a IU. «Seguiremos insistiendo en su reparación y esperamos no tener que lamentar ninguna desgracia», subraya el edil Manuel Reinoso. Además, son muchos los vecinos que temen que el talud se venga a abajo. Así lo explica Paco Fernández, que pasea a diario por la zona. «Es inevitable mirar la escombrera para ver si sigue desapareciendo, da un poco de miedo ver como algunos coches pasan por encima de la zona que parece que está a punto de caer», describe.

La situación es similar a la que se produjo en esta misma carretera la altura del parque de Blimea. Las intensas lluvias deterioraron, también en 2018, un talud sobre el que se tuvo que actuar urgencia a principios de 2019, tras desprenderse un quitamiedos, rocas y vegetación. Los trabajos, que se prolongaron durante varios meses, consistieron en desviar el cauce del río para evitar que continuase erosionando la zona y construir un gran muro de contención.