Veinte empresas pujan por ejecutar el plan para reducir el ruido de la A-66 en Mieres

Son un total de veinte las empresas que compiten en el proceso de contratación del importante proyecto para las actuaciones contra el ruido en la A-66 a su paso por Mieres. Se trata de un plan con , tal y como adelantó EL COMERCIO, un presupuesto de 10,8 millones de euros -13,11 sumando los impuestos-. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ya ha abierto los sobres con las ofertas económicas y todas son ligeramente más bajas. Las cifras que han presentado las sociedades oscilan entre la más baja de 8,55 millones correspondiente a Misturas-Conacon y los 9,93 de la unión temporal de empresas (UTE) formada por Civis Global y Tratamiento Asfáltico (todas sin el IVA). La financiación procede de fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (Next Generation).

En los pliegos se especifica que el plazo de ejecución será de casi tres años -exactamente, 31 meses- desde la contratación de los trabajos. Se va a actuar en un importante tramo de siete kilómetros y medio que comprende desde el punto kilométrico 46,150 -a la altura del polígono Fábrica de Mieres, en La Rebollada- hasta el 53,820, en Ujo. La intervención incluye, entre otras medidas, la instalación de pantallas de protección acústica de metacrilato en el recorrido, que varían en altura desde los dos a los siete metros.

Según el documento, los paneles se instalarán, de diversas formas atendiendo al terreno y características de cada zona, en tramos que suman 3,5 kilómetros. Se colocarán sobre pilotes que se tendrán que construir y sobre estructuras ya existentes. Estarán hechas de metacrilato, que tiene un peso medio de 20 kilos por cada metro cuadrado.

Otra de las medidas que se van a implementar es el fresado de parte de la calzada de la autovía y el asfaltado con material fonoabsorbente. Serán un total de tres los tramos afectados con una longitud que suma poco más de dos kilómetros. También se prevé en el ramal de acceso al centro urbano en sentido a Oviedo, en el punto kilométrico 47. El alto porcentaje de huecos abiertos e interconectados en este material facilita la evacuación de agua y la absorción acústica del ruido.

En comparación con las mezclas convencionales, los asfaltos porosos ofrecen una importante reducción del ruido de rodadura cuando la superficie está en buenas condiciones. Adicionalmente, provocan una reducción de los efectos de salpicadura, aspersión y 'aquaplaning', lo que se traduce en una mejora de la visibilidad y la resistencia al deslizamiento del vehículo en condiciones de humedad.

Se trata de una medida muy esperada para mitigar los efectos a los vecinos que residen junto a la calzada. Un problema que también se padece en la población de Pola de Lena. Por eso, la alcaldesa, Gemma Álvarez (IU), recuerda que en su municipio se lleva tiempo reclamando lo mismo para Pola. «Estamos igual o, me atrevo a decir, incluso peor». En su día, se formó una plataforma de municipios y de colectivos ciudadanos que comprendía desde Olloniego, en Oviedo, hasta la zona urbana lenense. «Y la verdad es que desconozco el motivo por el que se abandonó esta idea, íbamos todos los de mano. ¿Por qué se hace en una zona y no en otra? Seguimos con esta exigencia».

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