La Villa celebra El Carmen y se resiste a caer entre las ruinas

Fue una misa cantada y acompañada por la gaita. Varios porteadores se hicieron cargo de la imagen del Carmen -hubo un pequeño susto, ya que casi se cae- y comenzó su recorrido por esas zonas deprimidas del barrio. «Si estas construcciones no se pueden salvar a través de la iniciativa privada, ya sea porque el propietario no puede o hay problemas al tratarse de una herencia, pues que sean las administraciones las que se impliquen; en la actualidad hay líneas de ayudas para la recuperación de zonas urbanas degradadas de las comarcas mineras. Creemos que no hace falta mucho dinero para actuar, para evitar las ruinas que, entonces, ya se trataría de una situación irrecuperable», añadía este responsable de la asociación vecinal.

La fiesta del Carmen «era una de las más importantes del todo el municipio, junto con la de San Juan». Se trata de una celebración que tiene su origen en las últimas décadas del siglo XVIII. «Fue entonces cuando se comenzó a adorar a la Virgen. Desde entonces, hay novenas con rezos durante ocho días previos al día grande, que es cuando se celebra la misa al aire libre».

Se ha querido revitalizar la fiesta con la organización de más eventos. «Desde la asociación de vecinos hemos desarrollado una sencilla exposición -podía verse en la plaza- con fotos que muestran ese antiguo esplendor de estas fiestas», decía Arconada mientras señalaba a las imágenes. «También hacemos un llamamiento a los vecinos del barrio, que tengan en sus casas fotografías de entonces, que nos las cedan y para que podamos ir aumentando la colección y la exposición en el futuro; con ello, queremos reivindicar lo importante que fue La Villa y para mantener viva esta historia del concejo mierense».

Fue el pasado marzo cuando desaparecía otro edificio de La Villa, el número 67 de la calle Ramón y Cajal. El Ayuntamiento tuvo que contratar de forma urgente las obras de derribo ante el peligro de ruina inminente y el riesgo por su afectación a una de las principales arterias de la localidad. Ahora queda el solar. Los vecinos reclaman que los terrenos liberados de estas actuaciones -van a ser varios los inmuebles que van a ser tirados- puedan ser utilizados «como aparcamientos, por ejemplo, con una intervención mínima». Lo que temen es que se levanten muros y se conviertan en focos de suciedad. También piden que se desarrollen promociones de vivienda social, que implicaría nuevas construcciones y la llegada de gente joven a esta zona del concejo.

«Somos conscientes de que los recursos municipales son muy limitados, pero tenemos que alzar la voz y alertar de la situación que vive este barrio», afirma el representante del colectivo vecinal. «Esta zona -añade- podría convertirse en el barrio histórico de Mieres y atraer nuevos habitantes y turismo. Vemos con pena lo que está sucediendo y que no se haga nada por remediarlo». Cada esquina guarda un pequeño pedazo de la historia del concejo, «y todo se viene abajo», lamenta.