Educación, legislación y sanciones para poner fin a la 'basuraleza'
El Foro Libera pone sobre la mesa soluciones a un problema que «amenaza la supervivencia de muchas especies»
Olga Esteban
Jueves, 23 de junio 2022, 14:46
Cada colilla que tiramos puede contaminar hasta diez litros de agua dulce y hasta 50 de agua salada. Cada residuo que dejamos en el monte es «gasolina» que puede provocar o al menos agravar un incendio. Cada producto que no reciclamos acaba convirtiéndose en un problema medioambiental. Quizás «no es nuestra basura, pero sí es nuestro problema». De todos. Y todas la partes implicadas han puesto sobre la mesa la gravedad de la situación, pero también la esperanza ante las muchas soluciones que se pueden aplicar. Lo han hecho en el foro organizado por VOCENTO Y LIBERA, iniciativa creada por SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, que tiene como objetivo incrementar la conciencia social sobre el impacto de la basuraleza y prevenir su abandono en espacios naturales. Un debate aque ha sido moderado por el director del Diario EL COMERCIO, Marcelino Gutiérrez y que ha contado con la participación de Nieves Roqueñí, viceconsejera de Medio Ambiente del Principado; Miguel López, director de Organización de SEO/Birdlife; Fernando Ballesteros, coordinador de proyectos de la Fundación Oso Pardo; Ángel Hervella, director de Gestión Autonómica y Local de Ecoembes; y Rodrigo Suárez Robledano, director del Parque Nacional de Picos de Europa.
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Ante la duda de si estamos en un «punto de no retorno», todos los partcipantes se han mostrado esperanzados, aunque, eso sí, «hay que poner el pie en el acelerador». Porque, tal y como ha explicado Hervella, hay 1.500 especies amenazadas por todas esas latas, envoltorios, toallitas, colillas y mascarillas que dejamos en la naturaleza. Porque un ave como el martín pescador, que actúa como señal de alerta, ha perdido el 50% de ejemplares en solo 20 años, ha advertido Miguel López. Porque todo ello es mucho más que un problema estético, sino que es una «amenaza para la supervivencia de muchas epecies, incluidos nosotros».
Fernando Ballesteros y Rodrígo Suárez han puesto sobre la mesa un asunto importante: el «ansia» de naturaleza que ha despertado la pandemia obliga a estar alerta, para «buscar la forma en que esa demanda no se nos vaya de las manos». Solo un ejemplo: en 2021, la senda del Cares recibió una afluencia histórica. Como hay que vigilar también, han advertido, la gestión de residuos en áreas rurales cada vez menos pobladas, donde por primera vez se han visto casos de osos accediendo a las basuras.
«La capacidad del ser humano para contaminar es absoluta», ha reconocido Suárez, aunque siempre hay esperanza. Al menos algunas cifras así lo indican: «En las primeras ediciones de la Vuelta Ciclista, tras la etapa de los Lagos, recogíamos entre 3 y 6 toneladas de basura en un día. Ahora no llega a 1.000 kilos«.
La viceconsejera Nieves Roqueñí prefirió fijarse en que «todos somos parte de la solución» en lugar de buscar responsabilidades a la falta de atención a un problema del que ya la comunidad científica ya advirtió en los años 70. Unas soluciones que pasan por la educación, han insistido todos los participantes. La educación ambiental, ha defendido Miguel López, debería incluso formar parte del curriculum escolar y universitario. También prevención, de la mano de Administraciones, ciudadanos y empresas, que deben encaminarse a un consumo responsable, a la gestión adecuada de los residuos, a la reutilización... El sector empresarial, ha dicho en concreto la viceconsejera, debe «intentar hacer lo mismo con menos materiales, y eso es lo que vamos a impulsar desde la Administración, con medidas y planes de apoyo».
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Una concienciación es implicación que algunos municipios asturianos tienen ya muy claro. En concreto Gozón, Salas, Lena y Santo Adriano, los cuatro concejaos que se han sumado al proyecto Mi pueblo sin basuraleza, una iniciativa de Libera en la que participan ya 500 municipios de toda España y que no implica solo a los ayuntamientos sino a los vecinos y asociaciones de cada lugar.
Pero, junto con la educación, concienciación y prevención, desde SEO/Birdlife y Ecoembes tienen claro que también hay que aplicar las sanciones. La propia viceconsejera ha admitido que «la multa muchas veces, funciona». Roqueñí ha añadido también, como parte de las soluciones, la investigación e innovación para mejorar la «cadena de custodia» de la basura. En estos momentos, por ejemplo, se trabaja en cierres seguros de contenedores para impedir que accedan osos y jabalís. Otro de los aspectos será la ampliación del número de puntos limpios. Y junto con todo ello no hay que olvidar, han coincidido todos, en la legislación, que marque el camino a seguir.
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