Ensayo en las playas para el verano

Entre los 16 grados de Castropol a los 18 de Llanes pasando por los 19 de Gijón. Temperaturas que se prevén un grado, incluso dos, más altas en los próximos días. El Cantábrico ha contribuido a la imagen estival con la que cerró mayo. A menos de tres semanas de que llegue el verano, las playas de la región hicieron ayer un ensayo de lo que será el segundo estío de la era covid.

Uno en el que, de nuevo, la principal playa urbana de Gijon, San Lorenzo, no tendrá una de sus señas de identidad: las casetas. Es una decisión que ha tomado el Ayuntamiento siguiendo la recomendación de la Dirección General de la Costa y el Mar, órgano directivo de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente. «Este verano hace falta espacio para generar distancias, no será un verano normal», sostienen fuentes municipales.

Porque, tal y como adelantó EL COMERCIO, los ayuntamientos costeros se enfrentarán un verano más a las playas llenas de usuarios y lo harán con prácticamente las mismas medidas que la temporada pasada. La fórmula ensayo-error que tuvo lugar en los concejos costeros asturianos resultó, en líneas generales, un éxito, y es por ello que los consistorios han decidido apostar de nuevo por lo que dio buen fruto.

No obstante, este fin de semana, no ha habido ni control de aforo ni acomodadores ni drones vigilando los arenales. Por no haber, ni siquiera ha habido atascos, pese al gran volumen de personas que decidieron despedir mayo con una jornada de playa.

Porque la mayoría de los consistorios tienen la temporada ya orientada a falta de los últimos detalles, como la instalación de carteles informativos, o la puesta a punto de baños y aseos, aunque los alcaldes asturianos aún siguen en vilo por desconocer las directrices que establecerá el Principado.

Algo que sí está ya confirmado por la gran mayoría es el personal de salvamento, que estará presente, como cada año, en la mayor parte de las playas asturianas. En los concejos en los que la temporada comienza mañana, las plazas ya están adjudicadas, mientras que en los que aún retrasan el inicio de la temporada hasta el mes de julio están ultimando el proceso de selección.

Otros estudian si sería posible la instalación de cámaras de videovigilancia que permiten visualizar en tiempos real el estado de los arenales a través de la web habilitada por el Principado, playas.asturias.es, mientras que los que ya formaban parte de este proyecto no dudan en que continuarán utilizándolas, al entender que es una buena fórmula disuasoria. Este año esperan que las medidas que ya tienen preparadas sean válidas o que las directrices que les indiquen por parte de Sanidad, esta próxima semana, sean más laxas que hace un año: control del aforo mediante la cantidad de vehículos presentes, avisos en las carreteras para disuadir a los bañistas que se dirijan a determinados arenales completos, o incluso la división de las playas en sectores para que a la hora de alertar de la necesidad de espaciarse entre los asistentes sea más sencillo.