La escuela rural reclama conexiones a internet dignas para sus alumnos
El principal problema de las familias no es la falta de dispositivos, sino la de un acceso de calidad a la red que permita seguir el curso escolar
EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Viernes, 3 de abril 2020, 02:25
Si algo demuestra la situación a la que se están enfrentando alumnos, profesores y familias, dice el director del CRA Ría del Eo, Paco Rivas, es que «tenemos mucho que mejorar en cuanto a tecnología y comunicaciones, para que todo el mundo esté conectado a banda ancha».
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Desde que se decretó la suspensión de la actividad presencial en los centros educativos de la región, el alumnado trata de continuar el curso de manera telemática. Pero no todos tienen ordenador, tablet o teléfono móvil. Son más aún los que carecen de una conexión a internet digna, suficientemente fiable como para poder recibir las tareas que -con un esfuerzo ímprobo por parte del claustro- manda el centro. Las cifras, por el momento, se desconocen: los centros se afanan estos días en enviar a la Consejería un cuestionario en el que se refleja cuántos alumnos tienen algún tipo de dificultad y de qué medios dispone el propio centro para solventarlo, ya que no hay un inventario completo de la red pública asturiana.
«No es tanto el hecho de que el alumnado o los profesores no tengan ordenador, tablet o móvil, sino la conexión», dice Ana Noguera, jefa de estudios del colegio Aurelio Menéndez, de Ibias. Lo secundan los docentes consultados y lo ratifican las cifras: Asturias es, según los datos de la Secretaría de Estado para el Avance Digital, la segunda provincia con peor cobertura de internet; hay 3.464 'zonas blancas' o localidades sin acceso. «Si hace mal tiempo, llueve o nieva tenemos poca o nula cobertura, a veces, ni siquiera hay señal de televisión ni luz». Así que trabajan, cuando y quien puede, con plataformas telemáticas pero, a veces, toca hacerlo como toda la vida: «Copiando enunciados e hincando los codos». Dos hermanos de Riodeporcos que pasan «más tiempo sin cobertura que con ella» aprovechan cada segundo en que el teléfono coge señal para descargarse las tareas o enviarlas terminadas.
En el Colegio Rural Agrupado (CRA) Picos de Europa, en Benia de Onís, han recurrido al panadero para garantizar el derecho a la educación a todos los niños; también a quienes se encuentran en 'zonas blancas' como Labra y Santianes. «Le pedimos que llevara el material escolar en soporte papel a cuatro estudiantes que no se pueden conectar a las aplicaciones», señala su secretario, Pablo Palacios. Ahora están valorando hacer clases por videollamada para el alumnado de sexto de Primaria que comenzará el instituto el próximo curso, pero temen descompensar la clase. En situaciones como la actual «se acentúa la desigualdad y se hace patente la importancia de acabar con la brecha digital».
«Teníamos competencias digitales, pero no hasta este punto», resume José María Suárez, director del CP Monteana. Toca tirar de ingenio. «Publicamos las tareas en la web y el blog del cole para que las descarguen y las hagan 'offline'», dice Suárez, pero también a través de WhatsApp, ya que «es más rápido y llegas a casi todos; lo importante es que no pierdan el ritmo y ser tolerantes», dice Anabel Díaz Zapico, del colegio Las Arenas (Cabrales). E incluso algunos disponen de miniportátiles de la época de Riopedre. «Tenemos muchos, pero la mayoría están obsoletos y al no estar en los centros, no sabemos realmente si se pueden usar o no», indica Elena Barrera, directora del IES de Cangas del Narcea, que añade que «los problemas de los 600 alumnos son muy diversos y algunas familias, además de tener una conexión pobre, no tienen competencias para ayudarles a conectarse». Los docentes, como Verónica Cobián, directora del CP Pinzales, lo tienen claro: «Hay que buscarse la vida y evitar cargas adicionales a las familias, que están respondiendo muy bien».
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