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Zona urbana.De izquierda a derecha (sentadas) Sofía Villa y Alba Ortiz; trasellas Alba Carballo, Natalia Montes y Lucía Lobato, en el Museo del Ferrocarril. CAROLINA SANTOS

El feminismo asturiano no pierde el tren

Las jóvenes recogen el testigo para que en el siglo XXI se alcance la igualdad real en todos los ámbitos y países entre hombres y mujeres

CHELO TUYA

Lunes, 8 de marzo 2021, 01:16

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El feminismo, como la pandemia que tiene en jaque al mundo, se mide en olas. Y hasta ahí todas las similitudes entre una enfermedad que solo trae destrucción de vidas y economías con un movimiento que solo busca la reconstrucción de vidas y economías. Que busca que nacer hombre no lleve implícitos más privilegios que nacer mujer.

Una lucha que fue el objetivo de la primera ola del feminismo, con la Revolución Francesa, y que sigue en vigor hoy cuando, las teorías del movimiento que busca la igualdad entre hombres y mujeres, dicen que ha llegado ya la cuarta ola. Una cargada de potencia, como lo evidenció el multitudinario 8M de 2018, con huelga feminista casi general y pancartas moradas copando informativos de (casi) todo el mundo. Una ola con muchas jóvenes.

Porque «feminismo o barbarie. Para que la sociedad avance no queda otra que ser feminista», defiende Sofía Villa. Matriculada en Educación Social, de 21 años, forma parte de Mil voces violetas, una entidad feminista que nació en 2018 con el objetivo de abolir la violencia sobre las mujeres. «Todas las violencias», apunta su compañera Alba Ortiz, nadadora incansable de 23 años que comparte su vocación con su profesión: nutricionista. «¿Qué otra cosa se puede ser si no feminista?», pregunta Lucia Lobato.

La presidenta de Mujeres Jóvenes de Asturias (Mujoas) tira de definición: feminismo es el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. Con el título de Trabajo Social bajo el brazo, a sus 25 años está a punto de firmar su primer contrato laboral. Pero, cada día «trabajo para ver algún día que ya hay una generación que vive en igualdad».

Oriente. Olaya Fernández, en la estación de Ribadesella. Xuan cueto

«Hay mucho machismo aún»

Porque, «pese a lo mucho que hemos avanzado», la igualdad real «no existe. Que nadie se engañe». Aunque no están juntas cuando hablan, coinciden en su teoría Alba Carballo, de la Asamblea Moza d'Asturies (AMA) y Olaya Fernández, de Muyeres del Oriente. «Estoy harta de que mucha gente de mi edad», dice Fernández, estudiante de Historia del Arte de 18 años, «diga que ya hay igualdad, que para qué salimos a la calle si ya está todo bien». Y que ella no esté presente en la foto de grupo de este reportaje prueba otro gran problema: «Las mujeres de la zona rural lo tienen aún mucho peor que las de la zona urbana. Nos aísla la falta de comunicaciones».

Porque, señala Carballo, «aún queda mucho por avanzar». Ella, profesora de Lengua y Literatura, de 25 años, lo ve a diario entre sus alumnos «queda mucho machismo». El ejemplo lo pone Alba Ortiz: «Escuché a un entrenador decir a una chica 'prefiero una final masculina a un oro femeninio'. Sí, en este siglo, el XXI». Su tocaya Carballo no ve la igualdad real por ninguna parte. «No es solo que aún no hay coeducación, sino que el currículo escolar sigue sin ser paritario». Invita ella a buscar a escritoras entre las firmas estudian los adolescentes. «Son cuatro casos contados.

Como también siguen siendo minoría mujeres como Natalia Montes que, a sus 23 años, es 'rara avis' en ingeniería náutica. «Somos muy pocas». Además de las muchas señales de la desigualdad (violencia machista, violencia sexual, empleos feminizados y precarios) cree que «la prueba de que la sociedad es patriarcal es que solo se cuestionan las concentraciones del 8M».

Ley Trans

Ella y Lucía Lobato apuestan este año por manifestaciones telemáticas, «pero estamos hartas del paternalismo que hay a diario». Las demás sí saldrán a la calle. «En concentraciones que cumplirán todas las medidas de seguridad».

Una ruptura en la forma de celebrar el 8M que va unida a la discusión en el feminismo sobre la conocida como Ley Trans. Villa, Carballo, Ortiz y Fernández no tienen ninguna duda «el feminismo siempre ha sido inclusivo, hay que ponerse en la piel de esas mujeres». Lobato y Montes piden «debate sereno. Al feminismo le falta ahora un debate de verdad». Porque, coinciden todas: «El objetivo es común: lograr la igualdad entre hombres y mujeres».

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