Los cimientos más sólidos de Gigia

Escoltados y flanqueados por una pequeña avanzadilla de soldados romanos, los visitantes cruzan las puertas del pabellón y se adentran en un rápido viaje al pasado. El reloj del tiempo se detiene a finales del siglo I a.C., momento en el que, con la llegada del Imperio Romano, se pusieron los cimientos más sólidos a un territorio que, en el futuro, se convertiría en la ciudad de Gijón.

Conocer el pasado romano de la villa, revivir en primera persona cómo vivían sus habitantes y descubrir cuáles eran sus hábitos y costumbres son las premisas que este año se tratan de mostrar en el estand del Ayuntamiento de Gijón. El primero de estos viajes en el tiempo se realizó ayer, durante la inauguración de la exposición y la visita institucional, en la que participó la alcaldesa, Ana González.

Los pasos iniciales se dan por una alfombra que recorre el pabellón y que recrea las losas de piedra de una tradicional calzada romana. En esta parte del camino se explica la reorganización del territorio que tuvo lugar tras la llegada de los romanos: la conquista, el control militar y el asentamiento de la Campa Torres.

Más adelante, el camino lleva a la mar. Concretamente, al puerto de la ciudad, importante enclave comercial, para el transporte de mercancías y la comunicación con Roma. Los detalles se acompañan con un plano de la bahía gijonesa.

Mientras se avanza por el recorrido, figuras como la de Pintaius -el astur que luchó en las legiones romanas-, acompañan a los visitantes. En el tercer espacio de la exposición se descubre el núcleo romano de Gijón en Cimadevilla y su transformación de castro a 'civitas'. Aquí se encuentran también las termas romanas del Campo Valdés, se explica cómo fue la integración del mundo indígena en la nueva sociedad romanizada y se muestran algunos aspectos de la arquitectura, como la muralla tardorromana.

La vocación pesquera es innegable, según se extrae de la visita. Las salazones y las salsas de pescado en la época tardorromana se descubren al mismo tiempo que la receta estrella: el 'garum'. Pero todavía es pronto para la merienda, que se compone de una pequeña muestra de alimentos típicos de la época.

Antes aún queda por conocer cómo se gestionaba el agua, un bien de primera necesidad, en los pozos de la Campa Torres y en el depósito que se ubicaba en la parcela que, siglos después, sería la Fábrica de Tabacos. En este punto, Javier Salido, profesor de Arqueología en la Universidad Autónoma de Madrid, y uno de los comisarios de la exposición, valora la buena conservación de los objetos encontrados en los yacimientos arqueológicos de Tabacalera, gracias, precisamente, al agua: «Normalmente son piezas que se pierden, muy pocas veces se conservan, pero en el depósito de la antigua fábrica se hallaron calzados, cuero, cubos de madera y objetos cotidianos que 'hablan' de la vida real del ciudadano medio».

A buen seguro, el visitante habrá oído alguna vez la famosa expresión 'todos los caminos conducen a Roma', y desde Gijón esto no es ninguna excepción. Desde la villa comienza una red viaria , la 'Asturia Transmontana', que llegaba hasta Sevilla, se conoce en la actualidad como la Ruta de la Plata.

El último tramo del camino cruza una zona de talleres infantiles y llega hasta un espacio dedicado a la Villa Romana de Veranes y a otras posibles vías romanas. En este punto, gracias a las nuevas tecnologías -especialmente con la ayuda de la realidad aumentada, una aplicación móvil y la tecnología 3D- se tendrá la oportunidad de ver cómo algunos objetos cobran vida y de pasear por la antigua Veranes.

La arqueóloga e investigadora Carmen Fernández Ochoa explica que en esta exposición se trataron de «sintetizar las novedades registradas durante más de 35 años de excavaciones e investigaciones», y que ahora se dan a conocer a los visitantes de una forma «amena y rigurosa».

Fernández Ochoa defiende la importante influencia romana que transformó el territorio. «Gijón nació cuando Roma puso aquí el pie», afirma, para matizar después que «los entornos de la ciudad son anteriores. Hay tradición prerromana, pero Cimadevilla, por ejemplo, nace con la llegada romana y es en ese momento cuando se desarrolla como ciudad».

Siete siglos de historia se recorren en la exposición. Una huella que ya fue imborrable para la ciudad, según señala la arqueóloga, cuando destaca, entre otros aspectos, que «nuestra lengua, el asturiano, el castellano..., todo nace de esa presencia arrolladora que fue Roma».

Por su parte, Javier Salido recuerda que este proyecto y sus contenidos pretenden «acercar al visitante todas las novedades que se conocen del patrimonio arqueológico de Gijón y de su concejo» con una serie de restos que van «del siglo II a.C. hasta el final del Imperio Romano, en el siglo V d.C.». Entre esas novedades, la muestra contiene los estudios realizados sobre materiales de construcción y de los espacios de cocina y de servicios de Veranes.

Todavía con algunos de los 'soldados' a la entrada de este 'portal temporal', la alcaldesa de Gijón, que fue una de las primeras en cruzarlo, afirma que la ciudad alberga «claros vestigios y referencias arqueológicas» que muestran el pasado de la ciudad y que deberían llevar a pensar «quiénes somos desde quiénes fuimos». Algunas pistas, se encuentran en el camino de esa calzada.