«Algunos animales bajan ellos solos al pueblo del miedo que tienen al lobo»

Entre los ganaderos del Oriente, especialmente los de los Picos de Europa, se extiende la percepción de que este ha sido «el peor mes de junio» de los últimos años en cuanto a ataques. El malestar se concentra en Cangas de Onís y Amieva, donde contabilizan en torno a cuarenta bajas, según las cifras de los propios afectados. En la Montaña de Covadonga, el regidor de pastos, José Antonio García, tiene constancia de 21 pérdidas desde finales de mayo, principalmente de terneros. En las mismas fechas de 2019, explica, contabilizaron apenas 4. «No es normal», lamenta. Considera que la problemática de los daños ha vuelto a niveles similares a los de hace tres años, por lo que no descartan emprender movilizaciones.

En Amieva, una treintena de ganaderos se concentraron ya esta semana para expresar su enfado. En el puerto dicen registrar ataques diarios desde semanas atrás, lo que según sus datos sitúa las muertes en 14, a las que se suman 4 reses heridas, todas ellas de ganado mayor. El concejal de Ganadería, Alberto Suárez, indica que los ataques corresponden a una manada «de 5 ó 6 lobos» que este año «empezaron a atacar antes». Señala además que algunas reses «del miedo bajaron ellas solas al pueblo». El alcalde, Félix Fernández, apunta por su parte que en el concejo existe un «problema serio», por lo que insta a que se cumpla el plan del lobo.

En otros concejos de los Picos, como Cabrales, también «está siendo horrible», apunta Jessica López, presidenta de la DOP Cabrales. En su caso, también en 2019 y este invierno sufrieron continuas bajas. «Esto cada vez va a más porque no se hacen controles», indica López. Más tranquila está por el momento la situación en Onís, donde el regidor de la Junta de Pastos, Tito Rojo, señala que «no hay más daños» que otras temporadas. «La cosa va por barrios, lo que no quita que acabe pasando aquí», precisa.

Más allá de los límites del Parque Nacional, también en Llanes dicen estar viviendo un arranque negro de la temporada de pastos. «Está matando casi todos los días, ya acabó con muchos potros y ahora empezó con los jatos. Al final será imposible soltar el ganado porque te lo matan», lamenta Iván Mier, de la Junta Ganadera de Llanes. Recuerda además que en el concejo «ya casi no quedan» cabras y ovejas. Lo mismo apuntan en el otro extremo de la comarca, en Piloña: «Reciella ya no tenemos», lamenta Armando Gutiérrez, presidente de la Asociación Piloñesa de Ganaderos. Por el momento, desconocen si los daños de esta temporada están siendo superiores a registros previos, si bien indican que el cánido «está matando a todo trapo». «El lobo cuando más destrozos hace es en agosto, estamos en julio y ya hay. La gente está echando las vacas sin cría», apunta. A ello se suma además el malestar por los retrasos en el cobro de daños.