Los hospitales asturianos empiezan a saturarse por la alta velocidad de propagación del virus

El ritmo de la pandemia se está acelerando hasta tal punto que, en tan solo dos semanas, se ha duplicado la velocidad de propagación del coronavirus. Además de elevar a 727 el número de casos detectados en un solo día, marcando así un nuevo récord de contagios, la presión asistencial empieza a complicar la actividad hospitalaria. La Consejería de Salud asegura tener la situación bajo control e insiste en que la tasa de hospitalizaciones nada tiene que ver con la de olas anteriores. Los profesionales sanitarios, sin embargo, dibujan un panorama muy distinto: «Los hospitales están saturados».

Actualmente, permanecen ingresados con confirmación o sospecha de covid 191 personas, de las cuales 42 se encuentran en las unidades de pacientes críticos. La tasa de ocupación de camas de UCI ya casi duplica la media nacional, lo que está obligando a suspender cirugías programadas, a reorganizar los recursos sanitarios del Principado y a movilizar personal «con perfil de UCI».

Ayer mismo, el Servicio de Salud del Principado notificaba su intención de derivar enfermeras desde el Hospital del Oriente a centros con una mayor carga de casos de coronavirus, como puede ser el HUCA o Cabueñes, en Gijón. En el San Agustín, de Avilés, la UCI más grande ha dejado de ser convencional para volcarse en la atención de enfermos de covid, con 11 camas. Y en el Álvarez-Buylla, en Mieres, se empieza a hablar de colapso; de hecho, se están teniendo que derivar pacientes a otros dispositivos hospitalarios.

«La presión asistencial ya es muy alta», subrayan fuentes médicas consultadas por este periódico. Por poner un ejemplo: en Medicina Interna del HUCA atienden, a día de hoy, 147 pacientes -37de covid y el resto, por otras patologías-, cuando lo normal en este servicio es tener entre 75 y 95 pacientes. Señal de que «la situación se está complicando» y «todavía no llegó la gripe». Concretamente el HUCA, tiene habilitadas cinco unidades de cuidados intensivos. Dos de ellas están destinadas a personas contagiadas de coronavirus y las otras tres «para lo que venga», porque «las UCIs no covid están ya a más del 80% de su capacidad».

Eso da una idea del impacto que la sexta ola tiene sobre la actividad ordinaria. «Es cierto que, con la vacunación, hay un menor riesgo de que los enfermos de covid sean graves y, por tanto, hay menos ingresos. Pero eso no significa que estemos mejor, porque tenemos mucha patología no covid, que está ahí y debemos atender», puntualizan los profesionales sanitarios. Quienes en los peores momentos de la pandemia postergaron sus visitas al médico «ahora ya no pueden demorarlo más», lo que ha elevado «considerablemente» la demanda asistencial con respecto, por ejemplo, a diciembre del año pasado.

En el Hospital Universitario Central de Asturias, epicentro de la sanidad pública de la región, hay dos plantas dedicadas exclusivamente a covid, que presentan un 75% de ocupación. En cuanto a las dolencias que no tienen que ver con el coronavirus, ese porcentaje superaría el 90%. «Si eso no es una presión asistencial alta, ¿entonces qué lo es?», se preguntan los facultativos, que avisan del aumento progresivo de las hospitalizaciones desde que estalló esta sexta ola epidémica.

Y van más allá. «Los contagios han aumentado mucho en muy poco tiempo y, si seguimos a este ritmo, la situación del sistema sanitario será pronto muy mala». La ratio de hospitalizaciones y la gravedad de las infecciones son los indicadores que ahora tienen más peso para monitorizar la evolución epidemiológica, por encima incluso del número de contagios. De ahí que las autoridades sanitarias quiten hierro al hecho de que Asturias ya acumule una incidencia de 620 casos por 100.000 habitantes, 150 más que la media nacional.

La vacunación ha reducido la mortalidad por covid en un 97%. Pero «no es bueno que se sigan disparando los contagios, aunque las infecciones sean menos graves que hace un año», precisan los expertos, que aventuran «tensiones» en el sistema sanitario «tarde o temprano», si la curva epidemiológica sigue en ascenso. Y, según el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, «en los próximos días tendremos un previsible incremento de casos».

Los responsables sanitarios cuentan con que «las incidencias» aumentarán en menores de 11 años -cuya vacunación contra la covid ya está en marcha- y «en edades intermedias, de 30 a 59 años». También con que el crecimiento de la pandemia será «más contenido» en la población de 12 a 20 años y «en los grupos que ya tienen la tercera dosis» de la vacuna anticovid.

También entra dentro de las previsiones de Salud Pública que el avance de la sexta ola empiece a ser «ya más lento en los grupos que finalizan el refuerzo esta semana»; es decir, en el colectivo de 60 a 69 años. «El ritmo de vacunación está siendo muy alto, pero sigue siendo fundamental combinarlo con todas las medidas de protección que ya conocemos», incide Cofiño, que ya da por hecha la circulación de la nueva variante de covid-19 por Asturias.

«Hay que evitar situaciones de riesgo, sobre todo los mayores, los no vacunados y las personas vulnerables», recomienda. «Grupos pequeños, espacios ventilados y mascarilla», añade el director general de Salud Pública, que ayer hacía en redes sociales un resumen de la situación epidemiológica de Asturias y constataba «una alta circulación del virus», aunque ponía en relación el número de casos con la gravedad de los mismos para rebajar la tensión epidemiológica.

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