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Un local de ocio nocturno de Oviedo Mario Rojas

Los hosteleros del ocio nocturno reclaman su reapertura «como mejor arma contra el botellón»

La mayoría de los locales calculan pérdidas medias superiores a los 30.000 euros; el PP presenta una proposición no de ley para su inmediata apertura

Viernes, 14 de mayo 2021, 05:20

El sector del ocio nocturno cuenta con más de 300 establecimientos en Asturias y genera más de mil puestos de trabajo. Desde hace ... quince meses no han vuelto a abrir, salvo un pequeña tregua el verano pasado. No cuesta trabajo hacerse una idea por la situación que atraviesan quienes han seguido pagando el alquiler, la luz, y han dejado de facturar. En el mejor de los casos, algunos arrendatarios han suspendido el cobro del local, pero, de mano, pocos bajan de pérdidas de 30.000 euros en este tiempo. «Se está consiguiendo que mucha gente acabe haciendo botellones o fiestas en pisos; si no pueden ir a los bares irán a otro sitio», razona Óscar Gavino, presidente de la Unión de Hosteleros de Asturias, para quien «no se entiende que no pueda estar en un pub y sí ir al supermercado».

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La expectativas no son halagüeña si se atiende a lo dicho por el consejero de Salud el miércoles: «No nos lo estamos planteando; no podemos hacer previsiones más allá de unas semanas». No obstante, desde Otea aseguran que hay conversaciones avanzadas con el Ejecutivo. «No solo está el consejero de Salud, hay más personas en el Gobierno, yo no paro de mantener conversaciones», asegura el presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida. La patronal hostelera elaboró un protocolo para garantizar que el ocio nocturno son sitios seguros. En él se comprometían a adoptar una serie de medidas como los medidores de CO2, control de temperatura, registro de clientes o la separación entre mesas. Además, fijan como horario de cierre las 3 de la madrugada. «Es necesario recuperar el sentido común y que la gente no se quede tirada por las calles para acabar produciéndose imágenes como las que vimos en Madrid el sábado», recalcó Almeida.

A esta vía de diálogo, se sumó ayer otra por vía parlamentaria. El Partido Popular registró una proposicion no de ley en la Junta para exigir a Adrián Barbón la reapertura hasta la una de la madrugada. La presidenta del partido en Asturias, Teresa Mallada, tildó de «lamentable desidia» la actitud del Ejecutivo regional y defendió que «la apertura de este sector sería beneficiosa no solo desde el punto de vista económico, sino incluso estrictamente sanitario».

A pie de calle, los propietarios siguen reclamando compensaciones para subsistir. «Si la Administración te impide hacer tu labor tiene que darte una contraprestación; yo cierro porque hay una pandemia, pero tú me tienes que ayudar, y no con ese fondo de rescate insuficiente que nunca llega, o lo hace tarde y a cuentagotas». señala Félix Marcos, presidente de la plataforma Hostelería Con Conciencia. Llegados a este punto, quince meses después, Óscar Gavino relata que «seguimos arruinados, sin ayudas y casi mendigando para poder comer».

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Los hay que se han buscado la vida para, al menos, mitigar los efectos. Esto pasa por la reinvención, por ejemplo, con el importado 'tardeo'. Es el caso del Soho en Cimavilla (Gijón) o el Oh La La, también en la ciudad. Su propietario, Rodrigo García ha optado por sacar una terraza los findes de semana: «Lo hago para ir subsistiendo porque no tengo más opciones para sobrevivir», explica. García reclama un plan de desescalada porque «tenemos derecho a trabajar y somos la mejor alternativa, y la más segura y controlada, ante los botellones».

Detrás del ocio nocturno no están solo los empresarios. También los proveedores, imprentas, o, por ejemplo, los jóvenes que aprovechan para sacarse un dinero extra con el que pagarse los estudios. «Esto es una muerte dulce y no hay quien lo aguante, creen que vivimos del aire», asevera Tino Trapiella, presidente de la Asociación de Discotecas y Salas de Fiestas de Asturias. Él, como sus colegas, cree que se va a producir el efecto contrario al que se busca. «La gente va a salir a hacer botellón y la policía no va a poder controlarlo todo. Temo que se empiecen a producir agresiones».

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