El HUCA confirma dos nuevos casos de ómicron y Salud cita al sector turístico y al educativo

Cuatro casos, como mínimo, de ómicron están ya en Asturias. Además de las muestras de las dos mujeres que, tal y como adelantó EL COMERCIO, fueron contagiadas de la última variante de la covid el pasado viernes, el laboratorio del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) confirmó ayer otras dos. Estas últimas, al parecer, procedentes de un brote importado de otro país. En los cuatro casos, como es propio de esta variación del coronavirus, todos los enfermos tienen síntomas leves, como dolor de cabeza o picazón de garganta, pero no los más graves que trae consigo esta dolencia. Es decir, no hay pérdida de gusto ni olfato y, por supuesto, ningún contagiado de ómicron ha sido hospitalizado. Además, Salud informó ayer de que se está evaluando si varios casos más de positivos confirmados se deben o no a la nueva variante, frente a la cual las vacunas actuales resultan menos eficientes.

No obstante, la consolidación, más que previsible, de esta variante de la covid en Asturias viene a sumar preocupaciones para la Consejería de Salud. En los últimos siete días han fallecido 14 personas de coronavirus en Asturias, se han contagiado 2.568 y se ha llegado a 162 personas ingresadas. La cifra límite para declarar a la región en situación de riesgo son 150 enfermos ingresados. Ya está Asturias en situación de riesgo 'muy alto'. Del total de hospitalizados, 27 permanecen en estado crítico. Es decir, ocupan una cama en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).

Ante el avance de los contagios y, sobre todo, de los ingresos hospitalarios, el Principado ha hecho obligatoria la instalación de medidores de CO2 en hostelería y gimnasios, además de en todos los lugares públicos donde se congreguen más de 500 personas. Los afectados tienen una semana de margen para colocar los nuevos equipos. Habrá de ser siempre en lugar visible y con la obligación de ventilar o reducir el aforo en cuanto se superen las 800 partes por millón.

Además de esa norma, la Administración regional ha incluido una serie de recomendaciones. Como que en las ludotecas, academias o escuelas de 0 a 3 años se instalen también los medidores de partículas, o que las personas no vacunadas no acudan a visitar a familiares a centros sanitarios o sociosanitarios. También indica el Principado que todas las citas que pueden realizarse telemáticamente no se hagan presenciales. A las administraciones públicas les pidió, también, que eviten convocar actos de gran afluencia de público, especialmente en interiores.

En la rueda de prensa que ofreció el viernes el consejero de Salud, Pablo Fernández justificó todas estas medidas en el hecho de que «la mayoría de los contagios se produjeron en centros educativos y en comidas multitudinarias», y «algunos en el medio laboral y en centros sociosanitarios».

En el mismo encuentro con los periodistas, no descartó Fernández que pueda haber «nuevas restricciones» si la situación epidemiológica y, sobre todo, la hospitalaria, varía hacia peor en las próximas horas.

Algo que parece podría ocurrir antes de lo previsto. Salud ha convocado a los sectores turísticos y educativos para la próxima semana. Con hosteleros y hoteleros quiere hablar mañana, en una cita con Otea y la Mesa de Turismo de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), que engloba ya a la casi totalidad de la industria turística asturiana. Con la comunidad educativa, el martes.

Sobre la mesa, una nueva cifra de alerta: los 300 ingresados. Si Asturias llega a esa situación, que no parece descartable dado el nivel de contagios, las limitaciones actuales, que se reducen al uso de mascarilla en interiores y a disponer de medidores de CO2, podrían verse ampliadas. Precisamente, la reunión con el sector educativo se centran en formación sobre la ventilación.

Entre lo que barajan las fuentes consultadas por EL COMERCIO está la reducción de aforos en los locales de hostelería, así como una posible intervención en los horarios de apertura. Opciones ambas que el sector rechaza, ya que entiende que cumple con las normas ya establecidas y que los casos no proceden de sus locales, sino de fiestas organizadas en viviendas privadas sin control ni obediencia a las limitaciones en vigor.

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