El lleno del turismo rural en la región lleva a ofrecer alojamiento en León para conocer Asturias

«Estudio en la estación de esquí San Isidro. Para dos personas. 112 euros por noche». Esa es una de las escasas opciones que la plataforma Airbnb ofrece para quienes buscan alojarse en Asturias en la temporada álgida del año: la que comienza este fin de semana y concluye el siguiente. Encontrar alojamiento en casa de uso íntegro en Asturias es misión casi imposible. Si Airbnb ofrece ya hasta estudios en León para quien busca alojarse en el Principado, en la otra gran central de reservas, Booking, el precio llega a los 557 euros al día para ocupar un casa con tres habitaciones. En Cudillero.

Ambas plataformas confirman un 98% de ocupación en la región, dato que ratifican los empresarios de la oferta rural asturiana: «Estamos llenos, el verano va muy bien». La frase la pronuncia el presidente de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur), Adriano Berdasco. Con distinta letra, pero misma música, la idea del cartel de completo colgado en la mayoría de los establecimientos abiertos la remachan la vicepresidenta de Fastur, Ana Llano; la portavoz del Clúster Rural, Ana Soberón, y la presidenta de Casonas de Asturias, Noelia Esteban.

«Estamos a tope en toda Asturias», afirma Llano, mientras que Soberón y Esteban confirman que «el verano está siendo bueno», gracias, exclusivamente, «al turista nacional. Visitas internacionales casi no tenemos», precisa la portavoz del Clúster Rural.

La COVID-19, que ha sido barrera para los viajeros de otros países, se ha convertido en tirón publicitario para Asturias, al tratarse de la región con menos tasa de casos y mejor recuperación. El paraíso natural trocado en paraíso saludable ha llenado la oferta de alojamiento que nació en Asturias hace más de tres décadas y que hoy tiene casi 2.000 establecimientos con casi 19.000 plazas disponibles.

Una gran oferta que, si bien pesa en meses de escasa demanda, se queda pequeña en la temporada alta. No obstante, los empresarios insisten en que, pese a la avalancha de peticiones, «los precios se han mantenido. Yo cobro lo mismo que el año pasado», asegura Noelia Esteban, idea que también destaca Adriano Berdasco: «La mayoría hemos mantenido los precios de años anteriores, sin subidas».

Eso significa que hay alternativas de habitación doble en casa rural compartida desde 60 euros, tasa que también puede llegar a casi 90 euros, con desayuno incluido. La tarifa sube para las personas que quieran disponer de la casa íntegramente y, también, para quienes intenten el última hora. Hacerse con una casa rural de tres habitaciones en Cudillero para pasar nueve días, con entrada el 7 de agosto y salida el 16, supone pagar 5.014 euros, es decir, 557 euros al día.

Un precio que, en opinión de Soberón, «es muy elevado. Quizá por eso aún está por alquilar». Según su experiencia, un alojamiento de esas características, con tres dormitorios, «se está alquilando por 250 euros de media», aunque «las tarifas son muy diferentes según la zona de la vivienda y los servicios que tenga, como piscina o barbacoa».

En lo que no hay diferencia es en el perfil del viajero. «Nacional», aseguran los cuatro portavoces empresariales. «La mayoría proceden de Madrid, pero también de Castilla y León, País Vasco y Cataluña», dice Soberón.

Porque, como explica Noelia Esteban, «parece un agosto 'normal', con lleno, aunque hemos tenido muchas reservas de última hora y baile de anulaciones».

La principal diferencia es «el uso de mascarillas y la distancia de seguridad», algo que, según Esteban, «todos los visitantes han respetado. Los turistas están muy concienciados», asegura. No obstante, los empresarios están «preocupados. Esperamos salvar agosto gracias a la respuesta del público. Lo malo es la incertidumbre sobre el resto del año».