«Llevo dos años en la cárcel sin haber hecho nada, quiero esperar al juicio fuera»

«Soy inocente, llevo dos años en la cárcel sin haber hecho nada y quiero esperar fuera a que se celebre el juicio». Pedro Nieva, el considerado autor intelectual del crimen del concejal llanisco Javier Ardines, reiteró ayer su inocencia durante el turno que se le concedió en la vista celebrada en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, en Oviedo, para dirimir la prórroga de prisión provisional que solicitan la fiscalía y la acusación particular. Intervino por videoconferencia desde la prisión de Zaballa, en Álava, al igual que los otros dos procesados, Jesús Muguruza y Djillali Benatia -en el penal de Cantabria y Pamplona, respectivamente-, quienes también pidieron salir de la cárcel al cumplir el periodo máximo de reclusión preventiva. Para el cuarto acusado, Maamar Kelii, no se celebró el trámite judicial, ya que lleva en prisión desde mayo tras ser extraditado desde Suiza.

Sí estuvieron presentes en la sala de vistas en Oviedo los abogados de la acusación particular y las defensas, quienes argumentaron la petición de salida de prisión en el arraigo que tienen en el País Vasco, donde residían cuando, presuntamente, planearon el asesinato del edil de Llanes, perpetrado en agosto de 2018. «Tiene a su mujer y a su hijo enfermos, tiene problemas en casa, por lo que parece evidente que no se va a ir a ningún sitio dejándolos plantados», explicó Luis Mendiguren, abogado de Jesús Muguruza, quien supuestamente puso en contacto a su amigo Pedro Nieva con los dos ciudadanos argelinos que habría acabado con la vida de Ardines, previo pago de 25.000 euros. Por su parte, Adrián Fernández, letrado de Djillali Benatia se pronunció en ese mismo sentido ante la jueza, que decidirá sobre la posible prórroga de la prisión.

El crimen tuvo lugar en la madrugada del 16 de agosto de 2018. Javier Ardines salía de su casa en Belmonte de Pría para acudir al puerto de Llanes, desde donde saldría con su barco a faenar. Sus asesinos le colocaron varias vallas de obra en mitad del camino para que se tuviese que bajar de la furgoneta, momento en el que le golpearon brutalmente por detrás, en la cabeza y en las piernas con un bate de béisbol. Además, le rociaron con un espray para aturdirle. La víctima, dada su gran fortaleza, consiguió correr hacia delante unos 60 metros, donde fue de nuevo alcanzado y asfixiado. El juicio, con jurado popular, podría celebrarse en verano.