La lluvia complica el primer día de «solo terrazas» en Siero

Paraguas e incertidumbre en el primer día de cierre perimetral de Siero. Si por la mañana el sol hacía que los hosteleros encarasen con un poco de confianza los próximos quince días, las intermitentes tormentas con fuertes rachas de viento que desmontaron más de una terraza pronto acabaron con esa sensación: «Así será complicado abrir».

María José Souza ya al mediodía notaba el cansancio de entrar y salir constantemente de El Cafetín, en la Pola, pero rezaba para que no lloviese: «Tengo cinco mesas, pero es que si llueve pierdo dos que no quedan tapadas por el toldo», explicaba.

Lo mismo sucedía en Lugones, donde el presidente de la asociación hostelera local, Ashol, recordaba que sin gente en la calle «no sale rentable» mantener abierto el negocio. Aun así, aseguraba, los compañeros del sector resisten y de momento no ha habido demasiadas persianas bajadas.

En las tiendas de proximidad se notaba, más que la lluvia, la falta de los vecinos de concejos aledaños. «Viene mucha gente de Sariego», comentaba Esther López, de la histórica tienda polesa de ropa El Chico. En Lugones, Sandra Rubio, vivía similar situación en Chiquitines, en su caso ya «desde que cerró Oviedo».

Con ellas coincidía Blanca García, de Cucaes, quien continúa con la liquidación por jubilación de su tienda de lencería sin certezas. Tampoco las tenían otros muchos polesos que durante la mañana llamaron a López preguntando por sus horarios, servicio de entrega a domicilio o si directamente estaría en la tienda. «Está siendo el día de las dudas telefónicas», aseguraba.

Ni siquiera el mercadillo semanal, acostumbrado a traer el bullicio a la Pola, logró reflotar las ventas ni el ambiente del día. Los agricultores Diego Dávila y Celia Vallina tuvieron ayer «un 50% menos de ventas». Mientras tanto, en la junta de portavoces celebrada en el Consistorio, los grupos municipales debatían la idoneidad de mantener el mercado en una dicotomía entre salud y economía.

La resolución se conocerá hoy, con los datos de ayer sobre la mesa. PP y Somos critican la posibilidad de que se cierre ese mercadillo e insistieron en la necesidad de unos criterios sanitarios que respaldasen dicha resolución.

El alcalde, el socialista Ángel García, pidió a sus vecinos «responsabilidad» y que consultasen el BOPA, «si les queda alguna duda después pueden dirigirse a cualquiera de los medios de contacto del Ayuntamiento», indicó. De momento, en el único control policial habilitado entre las policías Local y Nacional han cumplido: cero sanciones.