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El presidente del Centro Asturiano, Valentín Martínez-Otero, impone la Manzana de Oro a Pablo Martínez, acompañados por Andrés Menéndez, Irene Rodríguez, las cuñadas, hermanos y padre de Pablo Martínez y Pilar Riesco. Iñaki Martínez

Manzana de oro del Centro Asturiano de Madrid para el oncólogo cangués Pablo Martínez

Vicepresidente de la empresa estadounidense Amgen, con grandes avances en la lucha contra el cáncer y las enfermedades raras, Insta a los asturianos al orgullo porque «somos capaces de cosas maravillosas» y recuerda el valor «de los 40 años que tiene nuestra ley de sanidad universal»

Octavio Villa

Madrid

Sábado, 11 de octubre 2025, 22:50

Un orgullo para los cangueses y para todos los asturianos. Con sólo 45 años, Pablo Martínez Rodríguez (Puenticiella, Cangas del Narcea, 1980) es desde el año pasado el vicepresidente de desarrollo de la compañía biotecnológica californiana Amgen, que está implantada en más de un centenar de países y que cuenta con una plantilla que supera las 28.000 personas, algo más de 300 de ellas, en España. El Centro Asturiano de Madrid ha querido reconocer su «excelencia en la investigación» y en la gestión de los equipos que, desde dicha multinacional, luchan cada día para conseguir que el cáncer pase de ser una enfermedad potencialmente letal a convertirse en una dolencia crónica más o, incluso, reversible.

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Y lo hizo con la concesión de la Manzana de Oro, el máximo galardón que entrega la embajada de la asturianía, que le fue entregada esta tarde en una ceremonia en la que actuó como presentadora la presidenta de la Fundación José Antonio Llorente, la gijonesa Irene Rodríguez, quien subrayó de Pablo Martínez que «une el talento, el esfuerzo y la sensibilidad» y que su trayectoria, desde la «escuela de Limés, en la que compartía clase con alumnos de todas las edades, pasando por la Universidad de Oviedo, por sacar uno de los puestos más altos del Mir de su año a hacer estudios de neumología en el CNIO, de ensayos clínicos en Suiza y hasta Harvard».

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El propio Pablo Martínez, en una intervención de agradecimiento muy sentida, recordó el valor «de crecer en un ambiente rural –la pequeña localidad de Puenticiella, en la carretera de Cangas del Narcea a Leitariegos– te da una perspectiva de la vida en la que aprendes la importancia de las relaciones sociales, lo que supone el apoyo mutuo, y eso me ha hecho estar muy cerca de las raíces». Del mismo modo, una tragedia personal –el fallecimiento «por un cáncer de pulmón metastásico» de un tío materno cuando él tenía 15 años hizo que el joven Pablo se «plantease con extrañeza y perplejidad por qué un cáncer de pulmón podía reproducirse en otra parte del cuerpo». Y eso fue lo que le llevó a especializarse en la investigación sobre los tumores de pulmón.

No muchos años después, su equipo ha conseguido elaborar un medicamento que actúa a nivel molecular sobre el sistema inmunológico para que sea capaz de identificar a las células afectadas por un tumor. Esto se ha demostrado eficiente en el 40% de los casos sometidos a estudio farmacológico, «lo que no es perfecto, pero sí un gran avance sobre la situación anterior».

Pero, más allá de sus propios logros (Amgen también dedica buena parte de sus esfuerzos y recursos al estudio de soluciones para enfermedades raras, «para las que vemos la necesidad de conseguir tratamientos») Pablo Martínez quiso destacar «el nivel de la educación y la sanidad públicas de España. Asturias y España son capaces de crear cosas maravillosas», porque «todos tenemos derecho a la educación pública de un muy buen nivel» y, además, contamos con «una ley de sanidad universal que impulsó Ernest Lluch».

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En el acto, la canguesa Marta Arbás interpretó a la gaita la 'Marcha de Antón el Neñu' y cerró la entrega con el 'Asturias, Patria Querida', cantado por los más de un centenar de asistentes al aacto, si bien quienes más emocionados estaban eran el propio Pablo Martínez, a quien, pese a estar acostumbrado a reconocimientos de nivel internacional, este galardón asturiano le llegó claramente al alma, su padre, Pepín de Marrón «aunque ahora soy de 'Casa el Fraile», el marido de Pablo, Mikel; sus hermanos David y Daniel (que anotó que «mi hermano es un orgullo para todos nosotros, siempre piensa en los demás») y sus cuñadas. Pepín destacó que «un minero de Antracitas de Gillón como fui y mi mujer, Pura, que se desvivió siempre por sus chicos, les dimos una educación universitaria a los tres hijos, pero la clave era que ellos respondiesen, lo que hicieron los tres, por lo que estamos muy orgullosos». Otro gran premio para Pablo.

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