La cueva de Candamo, señalizada nueve años después

La Cueva de la Peña, declarada Patrimonio de la Humanidad, por fin tiene una señalización acorde a su importancia tras casi una década de espera. El Ayuntamiento llevaba años peleando para que se incluya en el Sistema de Señalización Turística Homologada (SISTHO), concretamente se solicitó la colocación de estas señales en el año 2014, pero no ha sido hasta la semana pasada que el Ministerio de Trasnsportes y Movilidad ha instalado varias de estas señales en las carreteras A-8 y A-63.

Las señales SISTHO son las típicas marrones que se encuentran en autopistas, autovías y carreteras comarcales e indican la cercanía de recursos turísticos y patrimoniales, lo que permite a los usuarios conocer los lugares próximos a su recorrido que ofrecen un especial atractivo, ayudando a potenciar la oferta turística existente de la zona.

Candamo llevaba años peleando por defender su patrimonio y fueron varios los motivos que retrasaron la instalación de estas señales. Por un lado la pandemia y después la crisis de suministros que no permitió a la consejería de Turismo colocarlas hasta ahora. Es el Principado el encargado de colocarlas una vez que el Ministerio concede el permiso para ello.

Desde el Ayuntamiento de Candamo se han mostrado muy satisfechos por ver que uno de sus elementos patrimoniales más importantes al fin está señalizado de la forma correcta. «Estamos muy contentos porque es el tipo de señalización que se merece la cueva de la Peña y el concejo, pero lamentamos que se hayan producido tantos retrasos, han pasado casi diez años desde que iniciamos los trámites y la instalación de las señales lleva concedida desde el año 2018», recuerda la alcaldesa de Candamo, Natalia González, artífice de este proyecto.

De hecho, el proyecto se retrasó tantos años que en 2016 el propio Ayuntamiento tomó la decisión de instalar con recursos propios varias señales en algunas carreteras regionales. Concretamente fue una inversión de 5.000 euros y los paneles se colocaron en la AS-237 y AS-16 a su paso por Avilés, Pravia e Illas.

«Aquello demostró que no se trataba de una inversión millonaria y era factible», reconoce la alcaldesa del concejo.

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