Una piara de jabalíes se pasea por el centro de Piedras Blancas

«Las cosas son como son: tenerlos tan cerca, siendo tantos y tan en el centro de Piedras Blancas... Impresiona». Ese es el resumen, tan escueto como preciso, con el que Maguey Calvo sintetiza las claves de su encuentro con una piara de jabalíes, nueve en total, que, en la madrugada de ayer y bajo una lluvia torrencial, 'paseaban' tranquilamente por la céntrica calle Pablo Iglesias. Un auténtico «festival de colmillos» que, sin embargo, no dejó tras de sí ningún incidente, pero que ya se ha convertido en el principal tema de conversación en la capital castrillonense.

Serían las cinco de la mañana, recordaba al mediodía de ayer Calvo, cuando se llevó la sorpresa. Cocinero de la vinatería Karuca, «llevaba allí desde las cuatro y media, preparando unas tortillas. Aprovechando que se estaban haciendo, salí a la terraza, a tomarme un café y a fumar... Y, de pronto, los vi a veinte metros de mí». Y es que los animales, dos adultos y siete crías, acababan de acceder a Pablo Iglesias desde la travesía de los Colegios en completo silencio, camuflados por la noche y las cortinas de lluvia.

Como vecino de Arancés que es, Calvo conoce a la perfección el comportamiento de los jabalíes, y sabe lo agresivos que pueden llegar a ser cuando sus crías se ven amenazadas. «Aunque no les hagas nada, como una de ellas se te acerque, el macho puede ponerse nervioso, e ir contra ti», afirmaba. Así que su primera reacción fue «lanzarme sobre una mesa hacia en interior del bar y cerrar la terraza. Hasta tiré el café al suelo, pero aunque el vaso se rompió, ni se inmutaron».

Desde la seguridad del negocio, vio a la piara moverse serenamente de un lado a otro, con los pequeños jugueteando bajo la atenta mirada de los adultos. Por fin, estos últimos reagruparon a sus vástagos y emprendieron camino Pablo Iglesias arriba, hasta el cruce con Alcalde José Fernandín. «Los coches se pararon para dejarles pasar, y los jabalíes cruzaron la carretera sin problemas, entraron en la plaza Constitución y allí se quedaron», observó Calvo. De hecho, varios empleados de la limpieza que trabajaban allí fueron testigos adicionales de la absoluta calma con que los animales se comportaron. Por fin, un vehículo accedió a dicha plaza y, con sus luces, 'empujó' a la familia de suidos hacia el parque de la Libertad, donde se perdió su rastro. En la mañana de ayer, apenas quedaban pruebas de su paso, más allá de un vídeo grabado en la distancia por el propio Calvo.

Con el encuentro como comidilla en la localidad, a muchos ha sorprendido que una piara tan numerosa se haya aventurado tan en el interior de Piedras Blancas. «Es algo que no veíamos desde el confinamiento, cuando no había ni un alma en la calle, y los animales campaban a sus anchas», comentaban los vecinos, más con curiosidad que con inquietud, aunque sin renunciar a la prudencia, pues «todos sabemos que son 'bichos' agresivos».

Sabedor del suceso, Iván López, edil de Medio Ambiente, recalcaba ayer la necesidad de «no dejar bolsas de basura fuera de los contenedores, pues atraen a los jabalíes cuando tienen hambre».

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