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Un coche circula por una zona afectada por un hundimiento.

«Un día se va a venir la ladera abajo»

Los vecinos de Peón exigen soluciones ante el mal estado de AS-331, que ha llevado a muchos a buscar itinerarios alternativos por miedo

ALICIA GARCÍA-OVIES

VILLAVICIOSA.

Martes, 12 de enero 2021, 01:00

Recorrer los pocos kilómetros que separan el valle de Peón de Gijón, a través de la carretera AS-331, conocida popularmente como la del ... Curbiellu, se ha convertido para los vecinos en una odisea de baches, hundimientos y argayos. Muchos de ellos han decidido, incluso, buscar itinerarios alternativos ante la preocupación de que el estado del vial acabe por producir una desgracia aún mayor. El movimiento constante de la ladera viene desde hace años afectando a la vía, pero el temporal de las últimas semanas parece haber acabado de rematarla. «Nunca estuvo tan mal», asegura Julia Menéndez, propietaria del restaurante Casa Pepito.

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Y es que en poco más de dos kilómetros pueden contarse numerosos baches, dos o tres argayos de pequeño tamaño y, lo que es peor, el hundimiento de parte de la calzada, lo que ha provocado la aparición de grietas que cada poco tienen que ser rellenadas con grava. «Llevamos así muchos años. Hace tiempo hubo un argayo importante y los vecinos se movilizaron. Se consiguió que se construyera una escollera, pero la carretera sigue en mal estado. Los trabajos que hacen no sirven, se necesita una obra mayor. Un día, como llueva mucho, se va a venir abajo la ladera», advierte Menéndez.

La asociación vecinal está en todo momento en contacto con el Ayuntamiento y con los encargados del mantenimiento del vial para que, ante cualquier incidencia, puedan actuar a la mayor brevedad, pero son conscientes de que la solución definitiva es mucho más complicada. «Desde el Principado -titular de la carretera- se están haciendo todos los estudios necesarios. Se ha comprobado que hay movimientos de tierra a unos cuarenta metros de profundidad aproximadamente y eso no es fácil de reparar. Por eso es importante que haya un mantenimiento constante», explica el presidente de la entidad, Eliseo Vallina.

Aún así, las explicaciones no acaban de convencer a todos los vecinos. En una reunión mantenida anteayer, algunas fueron las voces que propusieron cortar la carretera, sacar los tractores y protestar para exigir una solución inmediata. «No creo que sea lo mejor. Por mucho que se corte la carretera no vamos a conseguir que vengan antes a arreglarla. Lo que hay que hacer es colaborar con las administraciones», insiste Vallina, quien pide «tranquilidad» al resto de residentes.

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Y es que la reciente aparición de una nueva zanja y el gran argayo que se produjo la semana pasada en Candanal -a pocos kilómetros de Peón- han despertado el nerviosismo entre el vecindario. «Va a acabar pasando lo mismo», pronostica Rafael Vigil. «La carretera está intransitable. La ladera ha ido bajando poco a poco, pisando el asfalto. Muchos de los vecinos que iban por ahí para ir a Gijón, ahora prefieren coger la autovía», asegura.

Un millón y medio de euros

La AS-331 da servicio principalmente a las parroquias de Peón y Candanal, donde residen aproximadamente unas 800 personas. En agosto, el Principado inició el estudio geotécnico para dilucidar las causas del deslizamiento de la ladera por la que discurre la carretera. El principal problema podría radicar en las filtraciones de agua, de ahí que el estado de la vía se vea totalmente expuesto en épocas de fuertes lluvias, como las de las últimas semanas. La idea inicial para solucionar esta histórica problemática pasaría por ejecutar una estructura de contención que frene el movimiento del terreno. La actuación tendría un coste cercano al millón y medio de euros.

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