El vuelo sobre la mar para salvar a 'Bolero'

'Bolero', un toro de cuatro años y más de 800 kilos, debió ser rescatado ayer por el helicóptero del Servicio de Emergencias tras precipitarse el martes por un acantilado a la playa de La Carnera, en Ferrero (Gozón). Un espectacular operativo permitió poner a salvo al animal, que, a pesar de lo impresionante de la caída, solo sufrió daños leves en la boca y en una de sus patas.

Su dueño, Ángel Ramón Álvarez, lo echó en falta en torno a las cuatro de la tarde del martes. El toro pastaba en la finca cuando se acercó demasiado al acantilado, en una zona donde los pastores eléctricos habían cedido. Desde allí, no se sabe cómo, cayó hasta la playa, donde lo localizarían más tarde. «Cuando vi dónde estaba, ya me di cuenta de que era imposible sacarlo con mis propios medios», reconoció. El arenal no dispone de un acceso peatonal habilitado. Las pocas personas que bajan son pescadores que conocen la zona y llevan años acudiendo a pescar.

Entonces dio aviso al Servicio de Emergencias del Principado. El toro caminaba por la arena, pero sangraba por la boca y tenía rozada una pata. «Lo más seguro es que descendiese marcha atrás», indicó José Ramón Valdés, veterinario habitual del animal, quien bajó a la playa con el dueño.

En un primero momento, 'Bolero' «estaba nervioso e intentó defenderse, pero enseguida escuchó la voz de su amo y se tranquilizó», oportunidad que el veterinario aprovechó para administrarle anestesia general. «Le puse muy poca dosis, lo mínimo para que estuviese tranquilo», afirma. Ambos esperaron en la playa la llegada del helicóptero, pero la aeronave era demasiado pequeña para aguantar el peso del toro, por lo que el operativo debió suspenderse y volver a realizarse ayer por la mañana.

La maniobra comenzó poco antes de mediodía. Un equipo de rescatadores descendió hasta la playa para comprobar el estado del animal y ponerle los anclajes para su traslado. 'Bolero' estaba ya acompañado por su dueño y su veterinario, quienes bajaron a la playa a primera hora para darle comida y agua.

Fueron minutos de tensión. Nada podía salir mal. Todo tenía que estar medido al milímetro, pues cualquier mínimo error podía poner en peligro tanto la vida del toro como de los especialistas. «Hay que calcular bien todo el ajuste para que cuando el helicóptero inicie el vuelo con el toro pueda hacerlo con normalidad y sin ningún percance», explicaron. Con este fin, el veterinario, al igual que la víspera, le administró una dosis baja de anestesia, para que no se moviera durante el vuelo. Finalmente, tras media hora de preparativos, el helicóptero descendió a la playa -sin pisar tierra-, donde un rescatador esperaba para enganchar al animal. Poco a poco la aeronave fue tomando altura y evacuó al toro a unos terrenos cercanos a Verdicio. Era hora de volver a respirar tranquilos.

Una vez en tierra, el veterinario volvió a comprobar la salud del animal y le inyectó medicación para que se fuese recuperando. «Tenemos que agradecer la eficacia del Servicio de Emergencias para llevar a cabo el rescate», destacó Ángel Ramón Álvarez, quien aseguró que «se portó muy bien en todo momento. Es muy noble».

El espectacular rescate llamó la atención de un gran número de vecinos y curiosos, que no dudaron en acercarse a la zona para seguir la maniobra. La ganadería, Casa Vocal, es muy conocida en el concejo, y sus ejemplares han sido galardonados en varios concursos.

Hasta el lugar del suceso se trasladaron finalmente dos helicópteros. El primero, más ligero de peso, se encargó de 'Bolero', mientras que la segunda aeronave recogió a los rescatadores una vez finalizado el operativo. También acudieron efectivos de la Policía Local y la Guardia Civil, así como Óscar Rodríguez, gerente del Servicio de Emergencias del Principado, quien siguió de cerca toda la operación.

Tras dos intensos días, 'Bolero' descansaba ya ayer en su cuadra, aunque, tal y como bromeaban ayer sus dueños, después de esta singular aventura, con la caída a la playa y el vuelo en helicóptero, «igual hay que llamarlo 'Atrevido'».