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Muere una mujer en Langreo en el tercer incendio de su piso en cinco meses
Vecinos y clientes de un bar la vieron entrar en el portal «muy alterada y gritando» minutos antes de que se iniciase el fuego en la vivienda
MARTA VARELA
LANGREO.
Jueves, 13 de enero 2022, 04:44
«Os voy a quemar a todos». Eso creyeron entender los clientes de un bar ubicado en los bajos del edificio número 32 de la felguerina calle La Unión cuando ayer sobre las tres y veinte de la tarde observaron cómo la vecina del cuarto piso, que el pasado viernes ya se había incendiado, entraba en el portal. Todos coinciden en afirmar que «entró muy alterada y gritando».
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A las cuatro menos diez los bomberos recibían una llamada de auxilio. Las llamas estaban saliendo por las ventanas del cuarto piso. Lo ocupantes de los 35 pisos restantes del inmueble volvían a salir a la calle. La desesperación era apreciable en sus rostros. Con los bomberos en el edificio, las tensiones se relajaron hasta que un vecino alertó de que la mujer había entrado en el piso y que no estaba en la calle. Los bomberos inspeccionaron minuciosamente la vivienda, mientras esta se ventilaba, y al llegar a uno de los baños, en una la zona que no estaba quemada, se percataron de que estaba cerrado.
En segundos los peores presagios se cumplieron, la mujer de 48 años estaba dentro, inconsciente por inhalación de humo, y no se le apreciaban quemaduras. Ayudados por efectivos policiales la trasladaron de inmediato a una ambulancia que se encontraba en la calle, durante una hora trataron de reanimarla, sin éxito. Finalmente solo pudieron constatar su fallecimiento. La mujer había perdido la vida a causa de la intoxicación por humo sufrida en el incendio de su vivienda, ya sofocado para entonces tras destruir dos habitaciones. A pesar de que se está investigando, sus vecinos apuntan a que el fuego fue intencionado, como el del pasado jueves, otro sucedido el 29 de agosto y un colchón quemado hace unos años. Sara Luarca, vecina del inmueble, apuntaba con amargura que «ya estábamos avisando que podía pasar algo así».
Los vecinos explican que la situación era de difícil convivencia
La mujer que perdió la vida ayer vivía en el cuarto piso, en dos viviendas que estaban comunicadas entre sí para acoger a toda la familia. Con ella vivía su hermano, y sus dos progenitores, Su madre, que permanece ingresada en el área de psiquiatría del Hospital Valle del Nalón desde el incendio de esta vivienda del pasado 7 de enero, en el que su padre resultó herido leve en las dos manos al intentar contener las llamas. La ahora fallecida, junto a su padre y hermano, estaba realojada en un hotel cercano facilitado por los servicios sociales municipales. Además, según confirmaron sus vecinos, la mujer tenía un hijo con discapacidad intelectual que en ocasiones estaba con la familia paterna «hace días que no se le veía por aquí. A menudo estaba sentado en un banco», explica Marisa Peláez, que vive en la zona del incendio y que fue testigo de los tres fuegos.
Sus vecinos estaban ayer muy molestos con esta familia originaria de Tuilla, con la que llevan años conviviendo y de la que explican que «no son los mejores vecinos, hace unos años se quemó un colchón y nosotros siempre pensamos que estos accidentes se debían a la enfermedad de la madre, pero al final casi nos mata la hija», apunta una de las vecinas. Reconocían que tenían cierto temor a lo que pudiese hacer la madre, y aseguran que la matriarca de la familia fue ingresada varias veces por problemas mentales, así como relatan algún episodio desagradable en el edificio con ella. Por ello, algunos apuntaban ayer que «la hija tenía que estar desesperada, parecía que era la que cuidaba de todos sin ninguna ayuda, eso debió terminar por desesperarla», apunta M. F., impresionada por el suceso que acaban de vivir, así como por el fallecimiento de su vecina.
Todo parece indicar que al menos los dos últimos incendios pudiesen ser intencionados, aunque los vecinos creen que han sido todos y que responden a un patrón. Así, ayer algunos recordaban que el viernes cuando la matriarca de la familia llegó a la calle, con su piso en llamas, repetía: «Yo no he sido, no fui yo». «Entonces algunos no la creímos, porque parece que tiene demencia, pero la pobre igual decía la verdad», apunta U. R. Las causas reales de los últimos dos incendios están siendo minuciosamente investigadas, y se espera que se contrasten con las consecuencias del sucedido a finales de agosto. De los datos que han transcendido cabe constatar que los tres últimos incendios comenzaron en la misma franja horaria, después de comer entre las tres y las cuatro de la tarde. Parece claro que cuatro incendios en el mismo domicilio, los tres últimos en menos de cinco meses, han propiciado que algunos vecinos se hayan personado en las dependencias de la Policía Nacional a interponer una denuncia en la que exigen una investigación el incendio del día 7, y su intención es acudir esta mañana a ampliar la denuncia para que se investigue el de ayer. Los vecinos pudieron volver a sus viviendas tras una inspección a las dos horas del suceso.
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