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Cangas del Narcea dedica el arbolón a José 'el de Llamas'
Los mozos tiraron un volador en su memoria y le dedicaron un minuto de silencio y Luis Queipo volvió a cumplir con la tradición de colocar la corona de flores en el humeiro trepando
Carlos Bernal
Jueves, 29 de junio 2023, 05:57
El arbolón de este año en Cangas del Narcea fue dedicado a José 'el de Perico de Llamas', uno de los mozos fallecidos que durante décadas alzó sobre sus hombros el humeiro frente a la ermita de la Virgen del Carmen. Ya con el humeiro cortado, y frente al barrio natal de José el de Llamas de Ambasaguas, los mozos le dedicaban un minuto de silencio tras el volador que su cuñado Marcos Verano tiraba en su memoria.
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«Llevamos unos años que nos han golpeado mucho las pérdidas: a Suso El Cartero le dedicamos el arbolón de 2019, a Vitaro Tandes el del 2020 y este otoño se nos fue José, por lo que este va dedicado en su honor ¡Viva Suso El Cartero, viva Tandes y viva José!», gritaba emocionado Manuel Rodríguez, conocido por todos como Manolón, que cumplía su cuarenta y cuatro arbolón. «¡Viva Cangas y viva el arbolón! «, contestaban el resto de mozos con el humeiro al hombro. Entre los porteadores figuraba una moza, Pilar Pacheco, que un 28 de junio de hace quince años se mudaba de Cádiz a Cangas. «Me vine un día como hoy, y desde hace siete años participó en el arbolón, la gente se piensa que esto es una festividad de hombres, pero lo cierto es que desde el minuto uno, mis compañeros me animaron a participar», aseguraba Pacheco que este año además fue una de las que, con el hacho, participó en el corte del humeiro.
El Arbolón, una tradición cargada de camaradería
El Arbolón, una celebración cargada de simbolismo y camaradería, transmitida de generación en generación por las familias canguesas, comenzaba con la incertidumbre de qué ejemplar habrían elegido este año los mozos veteranos. Varias generaciones de cangueses merendaban en el bar Sotero, a orillas del Narcea, a las ocho de la tarde. Al atardecer, José Linares, uno de los mozos con más arbolones echados al hombro -más de cincuenta- estrenaba su silbato para dar cuenta que comenzaba la heroica hazaña. «Antiguamente no se decía la ubicación hasta el último momento porque teníamos que despistar a la Guardia Civil. Hoy en día se mantiene el secreto porque forma parte de la tradición», explicaba Linares.
Una hilera de cuarenta mozos, entre doce y sesenta años, cruzaban el puente romano, pasaban junto a la ermita del Carmen y se perdían por el paseo del Vino en busca del humeiro.
«Con este hago seis arbolones, el primero fue con seis años, y aunque antes no ayudaba tanto siempre aguanté todo el trayecto», señalaba Jorge Rodríguez, hijo menor de once años de Manolón, que como sus dos hermanos siguen los pasos de su padre. «Hubo arbolones de todo tipo, de travesías de más de dos kilómetros, de muchas risas y bromas, de caernos al río, de saltar vallas de fincas con el arbolón al hombro...», recordaba otro veterano, Cándido Corrales.
El árbol que se robó este año se situaba en la margen izquierda del río Luiña, pasado el barrio de Santiso. Cuatro horas y media más tarde, alrededor de la una y media de la madrugada, los mozos volvían sobre sus pasos, para izar el ejemplar frente a la capilla del Carmen. Un árbol que midió este año 26 metros, para, como marca la tradición, sobrepasar la espadaña de la ermita.
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Previamente los mozos pasearon con el arbolón a hombros por el centro de la villa canguesa, parando en una serie de establecimientos de la calle Uría y la calle Mayor: Supermercado Santa Catalina , el Mallo , el Molinón, Magadán , el del Río , Café Madrid y el Blanco. A cada parada los mozos daban cuenta de que se iban acercando a la capilla tirando un volador. Este año se sumaba una parada más al itinerario, el recién inaugurado Casa Parla. Los hosteleros ofrecían a los mozos un avituallamiento gratuito: cerveza, vino y refrescos para enjuagar la sed. y fruta y frixuelos para el cansancio.
A medida que se acercaban los mozos de vuelta a la ermita con el arbolón, iba creciendo la expectación y las emociones entre los vecinos cangueses, que vitoreaban, aplaudían y animaban a los mozos a orillas del recorrido. Pequeños y mayores se subían encima del arbolón, para hacerse una foto junto a él, mientras sus portadores descansaban. «Hay dos momentos cruciales en el camino, uno es la bajada de la calle 'arrastraculos', en el que la inercia del árbol te obliga a no parar durante el medio kilómetro de bajada. El segundo es al tirar las pértigas e izar el arbolón frente a la capilla», describía Manolón. Dos momentos que este año se lograron sin percances, con destreza y agilidad.
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Los mozos cruzaron el puente romano gritando otro de los clásicos cánticos de esta celebración «¡Viva María L´Aire!», que homenajean a esta residente del barrio de Ambasaguas que, durante un momento de declive de la tradicional fiesta, en la década de los cincuenta, María L´Aire recuperó el espíritu del arbolón con sus empanadas y su corona de flores.
La corona de flores de La Mecha vuelve a ser colocada por un mozo
Cruzado el puente romano, los mozos tardaron apenas media hora en izar el arbolón junto a la capilla del Carmen ante la atenta mirada de cientos de personas alrededor suya y desde el Prao del Molín donde se llevó a cabo la romería. Las complicaciones del arbolón de 2022, en el que los mozos, debido al enorme peso del humeiro escogido, tardaron seis horas en transportarlo hasta la capilla, obligó a que no el año pasado no pudiese ningún mozo trepar el árbol, como es habitual, para colocar la corona de flores que la peña La Mecha hace todos los años en honor a Maria L´Aire. Este año, sin embargo, Luis Queipo volvió a cumplir con la tradición, escalando con manos y pies por el tronco y con la corona de flores para atarla cerca de la copa. «Desde que de pequeño veía a los mozos trepar el arbolón yo también quise hacerlo. Para mi ver a los cangueses desde ahí arriba con la ilusión que tenemos de empezar unas fiestas del Carmen es un sueño hecho realidad», decía Queipo con los pies de nuevo en tierra firme. La festividad del arbolón en Cangas del Narcea es la antesala a sus fiestas patronales del Carmen y la Magdalena, entre el 14 al 22 de julio, y con el epicentro el 16 de julio con La Descarga.
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