Diez años de lucha en Bárzana para conseguir un colector

No hace falta que la lluvia sea muy intensa para que algunos de los principales caminos de la aldea de Bárzana, en Salas, se inunden. El motivo principal es la falta en el pueblo de un colector de aguas pluviales, un elemento básico en la red de alcantarillado que los vecinos llevan diez años intentando conseguir.

«Yo llevo tres años viviendo aquí, pero a algunos vecinos llevan demasiado tiempo prometiéndoles el colector. En su día me consta que incluso realizaron una colecta, aportando unos 200 euros cada vecino, para ayudar a financiar parte de la instalación», apunta María Monge.

«El Ayuntamiento está realizando obras por todos los pueblos, pero sigue sin traer el colector a Bárzana. Hace tiempo los operarios echaron zahorra para el mantenimiento de la carretera, de forma que la calle quedó más alta que las propias casas. Cuando llueve el agua mana y va a desembocar a mi calle», explica Monge. Esta vecina asegura que, sólo durante este año, ha visitado al alcalde unas diez veces para trasladarle la problemática.

Con varios reconocimientos al emprendimiento bajo el brazo -incluida la distinción de la Asociación de Mujeres Campesinas de Asturias (AMCA) otorgada el pasado noviembre-, Monge no tiene pensado dejar de crecer.

Segunda finalista del programa 'TalentA 2021', donde se valoraron unas ochenta candidaturas de mujeres rurales de España, Monge dirige su propia producción de seta shiitake en troncos en el bosque, un cultivo ecológico y certificado que puso en marcha a finales del 2019. «Decidimos abandonarlo todo para poder vivir en torno a la naturaleza y trabajar en lo que nos apasiona», cuenta.

Sin embargo, un aparentemente sencillo colector de aguas pluviales amenaza ahora el crecimiento de su proyecto. «Me han concedido una ayuda Leader, de unos 10.000 euros, para la apertura de un obrador en el que elaborar recetas innovadoras que sigan hablando bien de Salas», apunta Monge. Aunque pretende abrir el pequeño centro de cara a la próxima primavera, el estado actual del saneamiento en el pueblo se lo impide. «Si finalmente no puedo abrir, por no poder tener recogida de aguas y conectar mi salida de agua, me veré obligada a devolver la ayuda que ya me han concedido», asevera Monge.

«Llevar mi salida de agua a la calle central del pueblo supone solo una distancia de unos 500 metros. No sé exactamente cuánto puede costar eso, pero pagué 1.000 euros de licencia», apunta. Según los vecinos los trabajos de instalación del colector que necesitan supondría una inversión de alrededor de 40.000 euros.

ShiitAstur -como se llama su firma- se ha convertido, sin duda, en estos últimos años en uno de los mejores embajadores del municipio salense, un impulso al concejo que Monge espera de vuelta. «Para que los emprendedores salgamos adelante no sólo necesitamos dinero, sobre todo necesitamos que los ayuntamientos nos ayuden, y que lo hagan desde el principio. No basta hacerse una foto con quien lidera los proyectos cuando están en marcha, necesitamos que nos dejen impulsarlos», reclama.

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