Un año difícil para la miel en el occidente
Los productores apuntan que problemas como el coste de erradicar la avispa asiática o la plaga del ácaro de la varroa merman la campaña
ROSANA SUÁREZ
BOAL.
Martes, 19 de octubre 2021, 01:18
La 'vespa velutina' y el ácaro de la varroa están causando serios problemas a los apicultores del occidente asturiano y la preocupación de estos no deja de aumentar. «Este año es un caos total. No sabemos si es debido a que los tratamientos contra la varroa no están funcionando, pero estamos bastante preocupados tratando de buscar soluciones. Vemos que el problema se ha incrementando muchísimo, más que en años anteriores», detalla el vicepresidente de Promiel Asturias y socio de La Boalesa, Julio Fernández.
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En Boal, al igual que en otras zonas del interior donde parece que sí está dando sus frutos el trampeo, la avispa asiática no está suponiendo una gran amenaza. «Estamos esperanzados», destaca Luis Pérez, de Miel La Puela y presidente de Promiel Asturias. Donde sí está condicionando el trabajo de los apicultores es en la zona costera y el coste de su erradicación se ha convertido en «un plus añadido». «La cuencas de los ríos es donde más incidencia detectamos y en la costa avanzan a una velocidad brutal. La única medida efectiva es el trampeo primaveral. Mucha gente se olvida del trampeo de otoño, que sirve para coger reinas vírgenes y zánganos. Es casi tan importante como el de primavera», explica Daniel García, de la Cooperativa de Apicultores Cuarto de los Valles. «Aquí hemos tenido muchísima presión desde principios de julio, mientras que otros años no era así», agrega la apicultora valdesana Conchi Pérez, de Miel Casa El Campo. Otro de los problemas más acuciantes tiene que ver con las importaciones. «No hay forma de pararlo», lamentan, al no haber ningún tipo de analítica que pueda certificar que la miel viene de fuera. Por eso Pérez, que se muestra a favor de la creación de la IGP Miel de Asturias, cree que servirá para defender «el buen producto que tenemos».
En la Comarca Vaqueira afirman que «tristemente no es un sector del que se pueda vivir sin subvenciones al depender de tanta variantes como la climatología, la mortandad de las colmenas, la varroa o el avispón», a lo que hay que sumar la subida del precio de la luz. «Extractores eléctricos, desoperculadores, resistencias, cámaras de calor... Están días enteros tirando de electricidad», precisan.
Descensos de hasta el 30%
Los descensos en la cosecha de este año son especialmente significativos en la rasa costera occidental, donde la producción «ha flojeado» registrando hasta descensos de entre el 20 y 30% debido a las condiciones meteorológicas. Los apicultores que cuentan con colmenas tanto en la montaña como en la costa -lo que les permite trabajar con distintas floraciones- afirman que los últimos años han sido cosechas «bastante bajas» y esta campaña no ha sido diferente.
Para el pequeño y mediano apicultor la vía de maximizar los ingresos es clara: llegar al consumidor final por medio de la venta directa. A pesar de que los costes se han incrementado, reconocen que tratarán de mantener los precios de venta. Actualmente el kilo de miel ronda entre los 10 y 12 euros. «Está subiendo la luz, el vidrio de los tarros, el alambre para cuadros y la cera está por las nubes. Un kilo de miel a menos de diez euros no se debería de vender bajo ningún concepto en venta directa. Sería un precio razonable para los gastos que conlleva a día de hoy poder producir un kilo de miel», opina García.
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