El mejor tomate del Narcea es el de la huerta de Amado Antomil, en Xedré

El XII Festival del Tomate de la Huerta del Narcea, patrocinado por el restaurante Blanco de la villa de Cangas del Narcea, volvió tras tres años sin celebrarse. Como la anterior edición, en 2019, el certamen traspasó los límites del suroccidente, y a los más de cuarenta tomates de Cangas, Ibias, Allande y Tineo, concursantes se unieron una decena de ellos cultivados en la vecina Galicia (Negueiras de Muñiz) o Pola de Siero. Sin embargo, y aunque se coló entre los doce finalistas un tomate cultivado en Noreña, por el chef Yeyo Martínez del restaurante Carbón, el podio lo dominó la huerta canguesa. El tomate campeón, más sabroso y con mejor presentación, fue a parar a Xedré, procedente de la huerta de Amado Antomil. La medalla de plata se la colgó Antonio Pérez, con huerta en Villalaez, y la de bronce, la Huertina de Adela, frutería de la villa canguesa con huerta en Portiella. El trofeo al más pesado de los tomates fue para la huerta de Javier Marcos, en Santulaya. Con 1,160 kilos, ganó el primer premio por solo un gramo de diferencia.

51 tomates de huerta volvieron a medir sus sabores en la competición que los hermanos Ron promocionan desde 2008 frente a su casa de comidas moderna El blanco, en la calle mayor de la villa canguesa. «Me presta mucho ver tanta participación, tanto público y a tantos amigos cocineros y críticos gastronómicos en el jurado, sobre todo a Graciela Blanco, que la hemos nombrado presidenta de esta edición, por todo lo que ha hecho por la cocina asturiana», decía Pepe Ron, chef del Blanco, visiblemente emocionado y contento de ver como revivía la «piquiña» entre los productores locales del valle del Narcea, tras dos años de pandemia y uno de mala cosecha, donde había sido imposible celebrar esta consolidada cita de calendario festivo cangués.

El tomate del Narcea, con su particular olor a piesco y sabor afrutado, originado por el microclima del valle del Narcea, a caballo entre la soleada castilla y la lluviosa costa cantábrica, fue avalado ayer por el crítico gastronómico, Carlos Maribona, y el chef, con dos estrellas Michelín, Nacho Manzano, que acudieron a la invitación de los hermanos Ron. «Ante un buen tomate, todos nos emocionamos: tiene que tener textura, que esté maduro, no demasiado blanco, con la acidez adecuada, que con los ojos cerrados sepa a tomate», desgranaba el galardonado chef de Casa Marcial, minutos antes de dar comienzo la competición. «El mejor tomate asturiano está en el valle del Narcea, lo notas en cuanto lo hueles, y a partir de ahí el sabor, con un puntito de acidez y otro de dulzor», continuaba describiendo Maribona, dos veces Premio Nacional de Gastronomía.

Junto a ellos, varios tótems más de la gastronomía española y asturiana, se unían al festival del Blanco, configurando un jurado excepcional para la ocasión: Los chefs: Natalia Menéndez (Casa Chuchu), Pedro Martino, Alex Sampedro (El Recetario), Ricardo Señoran (Farragua Restaurante), Diego Fernández (El Regueiro), David Montes (Prrimital) y Pablo Fernández, capitaneados por la ex viceconsejera de Turismo Graciela Blanco y dirigidos por el orador del evento, el crítico gastronómico Miguel LLano, no tuvieron fácil llegar a dar un veredicto, teniendo que reunirse en varias ocasiones a lo largo de la competición. « Estoy muy ilusionada de que Pepín el del Blanco, uno de los embajadores de Cocina de Paisaje, haya contado conmigo para este festival, el tomate de Cangas es muy especial, está entre lo mejor de la huerta asturiana», señaló la ex viceconsejera de Turismo, quien pusiera en marcha la legislatura anterior el club 'Cocina de Paisaje', marca del Principado, del que todos los cocineros del jurado son embajadores.

Tras la entrega de premios, el festival continuó hasta entrada la madrugada, con degustación gratis de los 51 tomates concursantes, y la música de Dj Mediocre.

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