María Belén Álvarez Bilbao. E. C.

Problemas en Cudillero para contratar acompañantes de bus escolar por «el pésimo convenio»

El acuerdo suscrito entre la empresa y la consejería empeora la situación de las trabajadoras al bajar la remuneración y las horas aseguradas

Á. RODRÍGUEZ

CUDILLERO.

Viernes, 26 de noviembre 2021, 01:55

« Los problemas no se solucionan poniéndolos en manos de empresas privadas y aceptando condiciones de cualquier tipo», asevera María Belén Álvarez, vecina del concejo de Cudillero y acompañante de transporte escolar desde hace catorce años. A las 8.25 horas cada día de jornada escolar, Álvarez espera en la primera parada, a unos cuatro kilómetros de su casa. Durante el camino entre Armayor y el colegio público Asturamérica asiste a niños de entre tres y doce años, unos niños que «le preocupan» y hacia los que siente «mucha responsabilidad».

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Cuando el bus llega al colegio, Álvarez «se busca la vida» para volver a casa, ya que no puede acaparar cada día el coche familiar. Pero lo peor es el evidente y paulatino empeoramiento de las condiciones laborales. «Cuando yo empecé en el curso 2007-2008 cobrábamos unos 265 o 270 euros. No todos los meses percibíamos lo mismo, pero nos pagaban dietas y kilometraje. Después cambió la empresa y, aunque quitaron el abono de las dietas, mantuvieron el de los kilómetros», relata Álvarez, que hasta el momento ha trabajado para cuatro compañías diferentes.

«Con la tercera empresa se aumentó la ruta a unos seis kilómetros. Nos pagaban a diez euros el día, sin kilómetros ni dietas. Nuestro salario rondaba entonces unos 200 euros al mes», afirma Álvarez. La cuarta empresa bajó aún más el sueldo de las trabajadoras, que actualmente perciben sobre unos 170 euros al mes. «El pasado septiembre no llegamos a los 120 euros y en octubre cobramos 165 euros», afirma la acompañante cudillerense. La Consejería de Educación suscribió el convenio con esta última empresa por un período de cuatro años.

«Cuando me vacuné de la covid, mi hijo hizo la ruta en mi lugar y le pagaron 5,64 euros el día. Eso por más de dos horas de disponibilidad y la responsabilidad que supone estar pendiente de un montón de niños, añadido a los kilómetros que haces por tu cuenta», detalla.

El salario cada vez menor se suma a la rebaja en las horas de seguro, que pasó, con esta última empresa, de dos horas a hora y cuarto. «Además soy fija discontinua, si me marcho no tengo derecho a nada», añade Álvarez, quien pretende unas mejores condiciones laborales para cualquier acompañante de transporte escolar en la región.

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La precariedad laboral de estos puestos de trabajo hace muy difícil su cobertura cuando alguna de las trabajadoras no puede asistir. «La pasada semana, por prescripción médica, estuve en reposo durante 48 horas. No encontraron a nadie para suplirme y los niños de la ruta 1100 no pudieron volver a casa a la salida del colegio en transporte escolar. Sus familias tuvieron que ir a recogerlos con el trastorno que eso supone en una zona rural como esta», apunta Álvarez.

Vacío por falta de personal

En otra ocasión, «el conductor de Corias, la empresa que hace esta ruta, partió con el autobús vacío por no haber acompañante. Tuvo la responsabilidad de ir parada por parada avisando a las familias de que no podrían utilizar ese día el transporte escolar» afirma Álvarez, «es denigrante».

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En la misma situación que Álvarez se encuentra otra compañera de la ruta Lamuño-Salamir. «Yo no quiero marcharme. Me gusta mi trabajo, estamos cómoda con los colegios y apreciamos a los niños. Simplemente quiero poder estar tranquila si un día, por motivo justificado no puedo ir a trabajar, estoy en mi derecho», apunta Álvarez. Las acompañantes escolares exigen al Principado la revisión de sus condiciones laborales. «Les tendría que dar vergüenza firmar un pliego con esas condiciones», sostienen.

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