«Estamos desesperados al ver día tras día el empeoramiento que están sufriendo»
El centro de día de Salas permanece cerrado desde hace 18 meses y los familiares de los usuarios urgen a Salud su reapertura
ROSANA SUÁREZ
SALAS.
Miércoles, 6 de octubre 2021, 03:00
«Seguimos con el centro cerrado después de dieciocho meses. La reapertura es una necesidad», claman las familias de los usuarios del centro de día de Salas, clausurado en marzo de 2020 por la pandemia. El deterioro cognitivo y físico de los usuarios, así como la pérdida de calidad de vida de quienes se han convertido en sus cuidadores, ha llevado a «una situación límite» a las familias que reconocen estar desesperadas al ver el empeoramiento que sufren día tras día sus familiares al no recibir terapias y viendo que «nadie invierte recursos para solucionar este problema».
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La Consejería de Derechos Sociales y Bienestar se ampara en que el centro de día y la residencia comparten espacios, lo que imposibilita mantener los grupos burbuja con las dimensiones del equipamiento. Algunas familias solicitaron el traslado a centros de día de otros municipios, siendo denegada la plaza por pertenecer a otro concejo. Es el caso de Esperanza González, que subraya que en Salas solo disponen de un centro de día, «no tenemos otro privado ni público». Para esta salense, al igual que para el resto de familiares, suponía «un alivio» saber que estaban siendo asistidos por profesionales. «Nosotros no lo somos», apunta. Unas terapias impartidas por profesionales que «ayudaban a frenar la enfermedad de algunos o, por lo menos, a llevarla mejor».
Dicen los familiares que en dieciocho meses han tenido todo tipo de sentimientos: rabia, desesperación y tristeza. No entienden que en una situación de nueva normalidad, en la que se están eliminando barreras, los usuarios no puedan acudir al centro de día, mientras que, por ejemplo, se permite el ocio nocturno o se eliminan aforos en eventos deportivos. No obstante, aún no pierden la esperanza y esperan que en los próximos días puedan recuperar una rutina que perdieron al inicio de la pandemia. Recuerdan además que en las instalaciones salenses no hubo ningún contagio durante la pandemia. «Mi madre no tiene ánimo de levantarse. Esto ya no es necesidad, es urgencia. Es vida para ellos y un alivio para nosotros», añade Amparo del Oso, vecina de El Couz. Critican al Principado por no haberles ofrecido ninguna alternativa y piden que «se inviertan recursos en mejorar la situación, pero que no anulen un recurso tan necesario».
Clara Rodríguez explica que su marido es dependiente total desde hace una década. «Soy la única que estoy al cuidado de él y para mí era un descanso. Su situación ha ido a peor y ahora no quiere salir a la calle. No nos han ofrecido ninguna alternativa y hemos estado un año sin ninguna ayuda económica», lamenta. Para José Ramón Pérez y sus tres hermanos la vida también ha cambiado. «Tengo a mi madre en casa dependiendo de una persona las 24 horas del día. No debemos olvidar que los ancianos se vuelven como críos», detalla.
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