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Los secretos del galeón de Ribadeo, a punto de emerger de la ría del Eo

Un equipo de arqueólogos se sumergen estos días para conocer cómo funcionaba este navío construido en Nápoles en el 1590 y que naufragó en el 1597 en esta zona fronteriza entre Asturias y Galicia

elcomercio.es / JESÚS GARCÍA CALERO

Lunes, 10 de junio 2019, 18:05

La Ría del Eo, frontera natural entre Asturias y Galicia, tiene estos días más movimiento del habitual en sus aguas. Desde hace una semana, y hasta el 21 de junio, un equipo internacional de arqueólogos se sumerge en sus aguas para tratar de conocer un poco más sobre los secretos del galeón que se encuentra a en sus aguas y que fue localizado en el año 2011 durante unos trabajos de dragado. Se trata del San Giacomo di Galizia (Santiago de Galicia), un navió construido en Nápoles en 1590, que naufragó en la zona en 1597.

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Estos trabajos suponen el primer intento de un grupo de científicos científicos llegan hasta los restos un galeón de este porte sin que haya sido expoliado anteriormente por los cazatesoros, de ahí la importancia de este proyecto. La campaña ha sido posible gracias a la Xunta de Galicia (22.000 euros), el Institute of Nautical Archaeology estadounidense (5.000), y cuenta con la colaboración «impagable» de la Armada Española que les ayuda con sus equipos, según el director de la excavación, el arqueólogo Miguel San Claudio, tal y como publica ABC.es.

Lo que los especialistas buscan es desvelar algunos secretos fundamentales sobre el modo en el que funcionaba esta máquina asombrosa de comercio y de guerra que estableció las primeras rutas globales en pleno siglo XVI. 

El equipo internacional ha decidido una intervención limitada, en la zona central del pecio, por la parte de estribor. Allí está la cuaderna maestra y la carlinga sobre la que se asienta el palo mayor. Esperan realizar una trinchera a lo largo de estas semanas y llegar hasta la quilla. Con esos elementos podrán comprender mejor cómo fue construida esta máquina de guerra, algo que se desconoce. El sedimento de la Ría ha protegido casi todo el casco. Eso sí, solo pueden trabajar unas tres horas cada día, debido a la fuerte corriente de la Ría. Deben limitarse al entorno de la pleamar y la bajamar por motivos de seguridad y para cumplir los 180 minutos máximo legal que se permite por inmersión.

No hay otro pecio con tantos restos de esa época: el de Ribadeo era un buque de 1.200 toneladas con 34 metros de eslora (largo). El equipo dejará para otra ocasión, y sobre todo para cuando tengan más medios, la excavación de las zonas de popa y proa en las que esperan encontrar abundante material arqueológico, sobre todo restos de vestimenta y zapatos de la tripulación, cerámica y utensilios, así como elementos propios del transporte como tinajas, barriles y otros materiales. ¿Quién sabe qué olvidaron al abandonar el barco?

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