Multan con 2.200 euros a un ganadero por quemar un matorral en un monte de Onís
La Consejería de Agroganadería ha impuesto esta sanción a Tito Rojo pese a que el juzgado de Cangas de Onís le dio a él la razón
Terry Basterra
Jueves, 12 de marzo 2015, 00:38
La Consejería de Agroganadería ha impuesto una multa de 2.200 euros a Tito Rojo, ganadero del concejo de Onís y uno de los portavoces de la junta de pastos de este municipio, por la quema de un matorral en la sierra de Hibéu. Según se recoge en el escrito de la sanción que le fue remitido al afectado, los hechos se remontan al 23 de mayo de 2012.
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En el documento de la sanción figura que Rojo realizó la quema de un matorral «con el fin de favorecer la generación de pastos en una zona de monte no arbolada, durante el periodo vedado para las quemas específicas autorizadas». En dicho escrito se dice que el ganadero «inició el fuego con un mechero, no tomó las medidas de control pertinentes y abandonó el lugar antes de que se extinguiesen las llamas». También se apunta que una guarda de la Brigada de Investigación de Causas de Incendios Forestales del Principado de Asturias (Bripa) le paró y le solicitó que se identificase, algo que según el escrito de la sanción Rojo no hizo hasta que más tarde se lo pidió la Guardia Civil.
Por su parte en su defensa este ganadero oniense alegó que, cuando quemó el matorral por el que se le ha sancionado volvía de realizar labores de sextaferia con los vecinos y el Ayuntamiento de Onís para el mantenimiento de caminos e infraestructuras ganaderas en la zona de Hibéu, donde se encuentra la balsa, el bebedero y la manga ganadera de los Collados. Especifica Rojo que finalizada la sextaferia quedó sin limpiar un pequeño matorral y procedió a quemarlo, pues no poseía ninguna herramienta para hacerlo, sin suponer ello ningún riesgo de incendio forestal ya que «dejarlo crecer hubiera entorpecido el tráfico por la pista y dañado la estructura de la manga ganadera». También apunta el ganadero en sus alegaciones que aquel 23 de mayo de 2012 el índice de incendios de aquella jornada no impedía la quema de rastrojos, algo que se puede hacer sin autorización cuando no haya monte forestal cerca, como fue el caso. Rojo añade que cuando quemó el matorral se le acercó una persona sin identificar ordenándole a él que lo hiciera, algo a lo que se negó «por sus malos modos». Afirma que no quiso poner en riesgo la seguridad del monte y que cuando se marchó del lugar el fuego estaba apagado. Añade que además dichos hechos pasaron por el juzgado de Cangas de Onís y que el tribunal falló a su favor.
El ganadero insiste en que esta causa estaba ya archivada por el juzgado y lamenta que haya sido ahora la Consejería de Agroganadería la que le haya puesto esta sanción de 2.200 euros. Y es que, según se desprende del escrito que ha recibido Rojo, la instructora del proceso ha dado mayor credibilidad a la declaración de la guarda del Bripa que a los alegatos expuestos por el ganadero de Onís que ahora tiene que hacer frente a la sanción impuesta. Más aún cuando el matorral que quemó en 2012 ya está totalmente regenerado.
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