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«Por el lobo se han perdido 7.000 de las 9.000 hectáreas protegidas del parque nacional»

T. BASTERRA

Viernes, 24 de julio 2015, 00:08

El problema del lobo no sólo afecta a los ganaderos en lo que a la pérdida de sus cabezas de ganado se refiere, también en la superficie de pastos. Y es que la acción del depredador hace que cada vez sea menor el número de reses de ganado menor que se alimentan de los pastos de altura, motivo por el que la maleza va proliferando progresivamente año tras año ocupando el terreno que en el pasado eran pastizales.

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Para Tito Rojo, miembro de la Junta de Pastos de Onís, detrás del este problema que existe en la actualidad están las políticas «permisivas» que ha aplicado el Gobierno regional con el cánido en el interior del Parque Nacional de los Picos de Europa. «El lobo no es una especie protegida al norte del Duero, pero en el Parque Nacional se le protege», considera Rojo, quien añade que «en 2005 Europa fijó 27.000 hectáreas de pastos protegidos en Asturias de las que 9.000 estaban en el espacio protegido». «Ahora de estas 9.000 hectáreas se han perdido 7.000 por proteger al lobo por encima de al hombre», lamenta.

Este portavoz de los ganaderos de Onís asegura que «no pedimos que acaben con el lobo, solo que lo controlen para que no cause tantos daños a la ganadería, porque estamos en bancarrota». «Ahora mismo los ataques están a la orden del día. En Onís han matado a 200 metros de pueblos como Demués. Al animal que duerme fuera se lo comen y la gente está tan cansada y desanimada que ya ni da parte a la Administración», explica.

Rojo recuerda que en los años 90 había miles de cabezas de ganado por los pastos de altura de los Picos de Europa. Ahora lo que predomina es el ganado mayor sobre el menor, ya que el lobo tiene más dificultades para matar a las vacas de cierta edad, algo que no encuentra con las cabras, ovejas e, incluso, hasta con los terneros. Este ganadero critica la gestión de la especie que se ha hecho durante las últimas décadas en Asturias, incluida esta última legislatura, y considera que el nuevo Plan del Lobo «es una copia del anterior», por lo que entiende que, si el primero ayudó a llegar a esta situación, el segundo tampoco supondrá grandes cambios, más aún si las medidas que contempla para controlar al depredador no se aplican.

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